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Cali sin carro y sin MÍO

Mientras no logremos el objetivo de resucitar al MÍO, el ‘Día sin carro’ en Cali no pasará de ser un ‘canto a la bandera’, una foto para redes sociales y simple ‘GaDeJo’ del alcalde de turno.

15 de septiembre de 2022 Por: Ossiel Villada

El próximo jueves Cali realizará la primera de dos jornadas del ‘Día sin carro y moto’ este año y son muchos los caleños que hoy se preguntan si de verdad eso vale la pena o no es más que ‘GaDeJo’ del alcalde Ospina.

Yo acataré la norma y guardaré mi vehículo, pero creo que ese es un interrogante válido. Y pienso que quienes lo hacen no pueden ser tildados a la ligera de “enemigos del medio ambiente” o de “carroadictos insensibles”, como lo hacen algunos pseudoambientalistas en las redes sociales.

Me parece apenas lógico que un ciudadano del común cuestione si guardar su vehículo automotor solo uno o dos días, de 365, realmente contribuye a resolver el problema de contaminación de la ciudad. Y es lógico, porque si hay algo que sobresalga entre las muchas cosas que brillan por su ausencia en la ejecución de esa idea en Cali es la pedagogía.

Todos los gobiernos caleños que se han sumado a esa importante jornada en los últimos años, no solo el actual, lo han hecho más por esnobismo puro, que por convicción.

Se ha tratado más de una simple campaña publicitaria, que de una estrategia de fondo. No ha sido nada más que una pose para una foto. Lo que han buscado es likes y titulares de prensa para el alcalde de turno, no una ciudad con aire más limpio.

Si de verdad hubieran hecho la tarea juiciosa y concienzudamente, Cali tendría hoy lo primero y lo más importante que necesita cualquier ciudad del mundo para enfrentar el grave problema ambiental derivado del creciente parque automotor: un sistema de transporte público eficiente, robusto y multimodal, hecho a la medida de las necesidades de movilidad de los ciudadanos.

Pero no es así. Lo que tenemos, por el contrario, es un deplorable reguero de taches amarillos inservibles que hacen más caótica la movilidad; una peligrosa red de bicicarriles invadidos de motos y la ‘joya de la corona’ de nuestra gorgojienta clase dirigente: un sistema MÍO arruinado y en riesgo inminente de desaparecer.

El ‘Día sin carro’ es un movimiento mundial muy serio que no consiste en decirnos mentiras, sino en asomarnos a la verdad. No se trata de creernos unos ‘súper héroes’ que salvarán el planeta en un día. Se trata de reflexionar y entender que si no apostamos por otras formas de movilidad más sostenibles, pronto no habrá un planeta para salvar.
Pero en Cali eso tan importante no pasará de ser nada más que un embeleco improductivo, mientras no esté acompañado de políticas, estrategias y acciones de fondo para enfrentar el problema ambiental.

Y la primera tarea urgente e inaplazable, en esa dirección, debe ser salvar al MÍO. Mientras no exista un sistema de transporte público que les permita a los caleños moverse a donde necesiten de forma eficiente, ninguna acción para desincentivar el uso del carro y la moto servirá.
Algunas noticias recientes sobre el tema indican que ya hay un plan de choque para enfrentar la encrucijada en la que hoy está el sistema.

Es urgente que la Presidencia de Metrocali nos cuente a los caleños de qué se trata y cómo tendremos que aportar a ese propósito común, ojalá con toda la pedagogía y claridad que ha faltado para promover la jornada del ‘Día sin carro’.

No será una tarea fácil. No existe hoy en Cali una marca más desprestigiada que el MÍO. Y tampoco podremos hacerlo solos. Por lo cual, los congresistas del Valle deberían advertirle al presidente Gustavo Petro que si quiere evitar un nuevo estallido social en Cali, debe empezar por ahí.

Mientras no logremos el objetivo de resucitar al MÍO, el ‘Día sin carro’ en Cali no pasará de ser un ‘canto a la bandera’, una foto para redes sociales y simple ‘GaDeJo’ del alcalde de turno.

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