El pais
SUSCRÍBETE

¡Agúzate, mi Valle!

Los hechos muestran que, históricamente, hemos estado obligados a mendigarle al Gobierno de turno soluciones para nuestros muchos problemas. Y el de Duque, después de su primer año de gestión...

8 de agosto de 2019 Por: Ossiel Villada

Evidencia 1. Un censo poblacional, hecho en el año 2018 con todos los cuestionamientos, le borra al Valle del Cauca casi 400.000 habitantes de un solo plumazo.

Por causa de ese pequeñísimo detalle de los señores del Dane, de la noche a la mañana esta región quedó a un pelo de que le metieran tremendo ‘tijeretazo’ a los dineros que por ley le corresponden para financiar inversión social.

Todavía el Dane no nos ha dicho cómo piensa reparar el entuerto de sus cifras, pero de no haber sido por el alboroto que armó la gobernadora Dilian Francisa Toro, hoy estaríamos aquí contando miserias.

Evidencia 2. Un día de marzo de este año la carretera entre Buga y Buenaventura amanece con una inmensa ‘tronera’ de 15 metros en una de sus dos calzadas, a la altura del kilómetro 89.

Aunque por allí se mueve por lo menos el 50% del comercio exterior de este país, cinco meses después el problema no se ha solucionado y seguimos esperando una solución que no llega. No ha pasado nada.

Evidencia 3. Aunque a Buenaventura le han prometido todo el oro del mundo la vida entera y se lo siguen debiendo, el Gobierno Nacional avala un ‘articulito’ del nuevo Plan de Desarrollo que abre la puerta para que se construya el polémico puerto de Tribugá, en el Chocó.

Como quien dice: los vallecaucanos que se jodan con su Puerto, ahora vamos a enfocarnos en construir uno más cerca de Antioquia. Y no importa si para hacerlo hay que arrasar con media selva chocoana.

Evidencia 4. Aunque Cali es la tercera ciudad más importante del país, y en sus calles hay un gravísimo problema de delincuencia que no se logra controlar, el Ministro de Defensa se hace el sordo frente al pedido reiterado de las autoridades locales para que nos mande los 1300 policías que aquí nos faltan.

Sin embargo, tan bonachón y diligente él, sí corre como el que más para autorizar aumentos de pie de fuerza policial y militar en Bogotá y Medellín.

¿Se trata de una conspiración que alguien ha estado urdiendo maquiavélicamente en los pasillos de la Casa de Nariño contra los intereses de los vallecaucanos?

No lo creo. Lo que me temo que hay detrás de todo esto es mucho peor. Estos cuatro hechos recientes -y podríamos hacer un listado aún más extenso-, lo que confirman es que para el Gobierno Nacional el Valle del Cauca es, como dicen ciertas señoras, una región ‘de quinta’.

Sí, aunque de estas tierras sale casi el 10% del Producto Interno Bruto de Colombia; aunque el 17% de la industria nacional está aquí; aunque tenemos la balanza exportadora más diversificada del país, pese a no ser un departamento minero energético; y aunque la nuestra es una economía pujante con mejores cifras que la nacional, lo cierto es que para Bogotá no tenemos mayor importancia.

Los discursos de los altos funcionarios del Estado dicen una cosa. Sus acciones reflejan lo contrario.

Los hechos muestran que, históricamente, hemos estado obligados a mendigarle al Gobierno de turno soluciones para nuestros muchos problemas. Y el de Duque, después de su primer año de gestión, pareciera que no va a ser la excepción. Por el desayuno se sabe cómo será el almuerzo.

Pero también muestran que aquí nos hemos ‘aculillado’ y nos hemos ‘acuscambao’. Que nos han faltado las que todos sabemos para defender lo que por derecho nos pertenece. Y que, incluso, una parte de nuestra clase dirigente se ha acostumbrado a ejercer el servilismo y la mendicidad. ¿Se imaginan si lo de la Doble Calzada hubiera pasado en Antioquia?

Es hora de despertar, mi Valle del Cauca, es hora de exigir. Como bien advirtieron Richie Ray y Bobby Cruz, ¡Agúzate que te están velando!

AHORA EN Ossiel Villada