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Se formaliza el Brexit

Después de dos elecciones generales, tres primeros ministros, y cuatro años de controversia, se consumó esta semana el famoso Brexit.

1 de enero de 2021 Por: Muni Jensen

Después de dos elecciones generales, tres primeros ministros, y cuatro años de controversia, se consumó esta semana el famoso Brexit, y el Reino Unido se retiró definitivamente de la Unión Europea. A partir del voto para salir de la unión, en el referendo de junio de 2016, y tras meses infinitos de negociaciones, los ingleses dejaron el mercado único y la unión aduanera. Ya no le obedecen al gobierno europeo. El 31 de diciembre a medianoche, la UE, el poderoso bloque político y económico de 27 miembros perdió uno de sus integrantes más importantes.

Durante los últimos años, los mandatarios ingleses y sus contrapartes en Bruselas han estado dedicados a diseñar la salida de la manera menos traumática posible. Se han dedicado a crear alternativas comerciales que permitan el funcionamiento de la economía británica -en especial el sector financiero-, a regular el paso de viajeros por las fronteras, y homologar las normas de seguridad y defensa. Mientras tanto, los británicos se encargaron de diseñar una hoja de ruta para sus relaciones diplomáticas y comerciales con el resto del mundo, incluyendo la firma de más de 60 tratados internacionales. Adicionalmente se han discutido los protocolos de seguridad nacional, control de datos, y control marítimo. Nada ha sido sencillo, hay mucho trabajo por hacer, y los beneficios son debatibles. Por lo pronto, los economistas pronostican un impacto negativo de más del 4% del PIB. Para rematar, tanto Escocia como Irlanda del Norte han dado señas de independizarse de los ingleses, complicando aún más el panorama. Irlanda tendrá que dibujar nuevas reglas de juego con sus vecinos mientras se llega también a un acuerdo sobre la frontera entre Gibraltar y España.

Al finalizar las negociaciones, el primer ministro Boris Johnson declaró jubiloso que los ingleses tenían “en sus manos la libertad” a la vez que Stanley, su padre, solicitaba la ciudadanía francesa para mantenerse en la Unión. En Bruselas celebraron el final de las agrias y eternas negociaciones, pero también se lamentaron de la innecesaria partida de los ingleses. La logística es compleja. Los puertos se preparan para enfrentar papeleos y entender un nuevo reglamento, y las fronteras alistan funcionarios para pedir visas a los vecinos. Menos tangible pero igualmente importante es el impacto cultural de aislar a uno de los participantes más importantes de la Unión Europea. Los próximos días serán de adaptación y enredos.

Como suele suceder en la mayoría de los hechos políticos actuales, la mitad de los ingleses celebra mientras la otra mitad se lamenta. Un grupo significativo se arrepiente de haber votado con las emociones sin tener en cuenta las consecuencias. La dinámica europea cambió y los próximos meses serán difíciles. Una Gran Bretaña soberana e independiente puede sonar como un motivo de orgullo, pero representa un revés para la globalización y las soluciones multilaterales que tanto necesita el mundo. También es un campanazo para los miembros actuales de la UE, una institución que para muchos requiere reformas y renovación. Todos pierden con el Brexit, que además acarrea una gran cantidad de papeleos desgastantes que ocuparán a los burócratas en medio de un mundo que requiere soluciones urgentes a problemas como el covid, el cambio climático, el terrorismo y las crisis de refugiados.

El trámite formal del Brexit terminó, pero deja en el ambiente interrogantes para los ingleses, para Europa y para el mundo entero. Hay cabos sueltos en los tratados para regular la pesca, hasta qué van a hacer los empleados extranjeros de los bancos en Londres, el futuro de Irlanda del Norte y la propia unión del Reino Unido indican que las negociaciones entre Europa y los británicos todavía están en la mitad de un camino lleno de tropiezos.

Sigue en Twitter @Muni_Jensen