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Ideas cruzadas

Por autocensura o por pereza hablamos solos y atacamos con la mayor agresividad a los que piensan distinto

24 de marzo de 2023 Por: Muni Jensen

Empecé el día lista para escribir esta columna sobre el tema geopolítico de la semana: la reunión entre Putin y Xi Jin Ping, su significado, potencial impacto para la política y la economía, las fuerzas que los mueven, el efecto que tendrá en la guerra en Ucrania, y si sería el principio del fin de la valiente resistencia de Zelensky. En esa columna que no escribí, habría especulado sobre las intenciones de China, y si Putin es víctima del poderoso Xi, o si el dictador chino es su salvador.

Luego pensé que sería más interesante hablar del caso legal contra Donald Trump, por soborno de una artista porno, que incluso por sus propios cálculos podría terminar en una orden de captura. Podría especular si este episodio generaría protestas, como el mismo expresidente ha anticipado, y si le serviría (siempre le sirve) el escándalo para alborotar su campaña presidencial (que tiene posibilidades de ganar).

También habría especulado por qué Joe Biden no ha anunciado su candidatura, cuando tiene un equipo entero encargado de su reelección. Y si, de lanzarse, lo haría con Kamala Harris como vicepresidente, un asunto que tiene pros y contras. Recordaría que Kamala no ha resultado efectiva, pero que tiene riesgo cambiarla sin enojar a la comunidad afroamericana. Quise agregar a ese tema el factor Di Santis, y si sería un Trump menos loco o un Pence más radical.

Ninguno de estos temas me convenció del todo, entonces por unos minutos pensé en escribir sobre un debate interesante que tuve ayer con mi pareja, sobre el pago igualitario de los y las tenistas. Si se merecían los chicos un pago más alto, ya que en los partidos de las mujeres en los últimos campeonatos no llenan estadios ni tienen rating. Hablamos sobre la proporcionalidad, si para un torneo resulta mal negocio el pago equitativo, afectando el comportamiento de los patrocinadores.

En la conversación recordamos la emoción de ver a Serena, Venus, Martina, Jennifer, Stefi, entre otras. Concluimos que solución no es pagarles menos a las mujeres, sino a los hombres y mujeres que no llenen los estadios.

Me decidí por analizar una tremenda controversia que sucedió en la Universidad de Stanford en California, que resultó en la suspensión de la directora de diversidad de la Universidad. El detonante fue el discurso de un juez federal conservador, invitado por el club conservador Federalist Society, que generó protestas, e insultos por parte de los estudiantes.

El juez, con posiciones anti Lgbtq y antiinmigrantes, no pudo terminar su discurso por gritos y agresiones de los propios estudiantes de derecho. Quise opinar un poco en esta columna sobre cómo la universidad debe ser un foro para escuchar opiniones de todos los lados, para informarse y construir ideas de fondo sin maltratar la libertad de expresión.

Al final, por pura casualidad, leí un resumen de noticias al que estoy suscrita que termina con una sección que se titula “Lo que no está leyendo la derecha” y “Lo que no está leyendo la izquierda”, noticias relevantes que nunca llegarán al otro costado porque leemos solo a los que piensan igual. Me vi reflejada en mi temor de controvertir, de recibir críticas y etiquetas de izquierda o de derecha por parte de los lectores.

La polémica se está acabando porque nadie se habla y mucho menos se escucha. Por autocensura o por pereza hablamos solos y atacamos con la mayor agresividad a los que piensan distinto, y a los que se atreven a pensar.