El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Artículo

El mundo mundial

El gran Jorge Valdano, jugador, entrenador argentino y conferencista-filósofo afirma que “el fútbol es lo más importante entre las cosas menos importantes”.

13 de octubre de 2017 Por: Muni Jensen

El gran Jorge Valdano, jugador, entrenador argentino y conferencista-filósofo afirma que “el fútbol es lo más importante entre las cosas menos importantes”. Ante el suspenso de esta semana al finalizar las eliminatorias para el próximo mundial de fútbol, en todos los continentes hubo réplicas. Los resultados de esta fase previa al campeonato del mundo de Rusia 2018 demuestran una vez más que el fútbol, más que cualquier otro deporte, está íntimamente ligado a la política nacional y global.

El ejemplo más evidente sucedió en España, donde los jugadores de la selección se vieron envueltos en la controversia nacional relacionada con el polémico referendo catalán. Las llorosas declaraciones de Gerard Piqué apoyando a los separatistas, los roces con sus compañeros de equipo, y sus amenazas en falso de dejar el equipo nacional generaron reacciones y críticas cruzadas. Al final todo se quedó en palabras y España tendrá a Piqué defendiendo en Rusia. Pero quedó en evidencia que el asunto de la identidad regional y nacional en España no se termina de resolver ni en las urnas ni en la cancha.

Al otro lado del Mediterráneo, el equipo sirio, con una hinchada dividida entre los que celebraron el improbable ascenso del equipo, y los que rechazaron al llamado “equipo de Assad”, refiriéndose a Bashar Al-Assad, presidente y cara visible de un país destrozado, que cuenta 400 mil víctimas de una sangrienta guerra y más de cinco millones de refugiados. La eliminación de Siria por Australia tuvo una doble lectura: para muchos una simbólica derrota para el dictador de ese país, y para otros el final de una buena noticia en medio del sufrimiento.

Hay gigantes que quedan por fuera y pequeños que clasifican. La sorprendente paliza y eliminación del equipo de Estados Unidos ante Trinidad y Tobago generó vergüenza nacional, al romper el equipo masculino su racha de siete mundiales. Los oficiales de la Federación de Estados Unidos que ya habían visitado los hoteles y las canchas de entrenamientos de San Petersburgo y planeaban jugosas campañas publicitarias se quedaron con los crespos hechos. Para rematar, Vladimir Putin, anfitrión de la copa y enemigo histórico de Estados Unidos, en medio de una nueva post guerra fría de espionaje y de egos, queda contento con la humillación yanqui.

Mientras tanto, en Islandia y en Panamá están de fiesta. Los primeros, con solamente 300 mil habitantes se convierten en el país más pequeño en participar en el Mundial. Los panameños con un gol dudoso declararon un día de fiesta nacional para celebrar su clasificación. Ambos países se benefician de estar en las grandes ligas y de poder fomentar el turismo, la imagen, y la inversión.

En Rusia también hay una doble agenda, política y deportiva. Por esto, el mal desempeño de la Selección Argentina en las eliminatorias tenía nervioso a Vladimir Putin. Un mundial sin Lionel Messi, el mejor jugador del mundo, y para muchos de la historia, habría significado una pérdida gigantesca para entusiasmo global en el campeonato. Pero el tufo de la corrupción y los malos manejos, los riesgos que representan las organizaciones de ‘hooligans’, y los retrasos en la adecuación de los campos y los hoteles lo ponen en el ojo del huracán político mundial. Pero también se convierte en un baño de popularidad para Vladimir Putin. Sus ruedas de prensa triunfantes, el viaje por el mundo de la Copa de la Fifa, la visita a su país de miles de empresarios, políticos y farándula inyectan visibilidad y energía a la economía. Un remate excepcional para aumentar la emoción de las tribunas, mantener las cámaras enfocadas en los estadios rusos, y garantizar la entrada de los rublos en los bancos.

Para Colombia el fútbol también tiene siempre algo de política. Esta semana, en un raro momento de acuerdo nacional, celebraron el empate con Perú los uribistas y los santistas, los independientes y los apolíticos, los pilotos en huelga de Avianca y los directivos, los que quieren y odian a Armitage y a Peñalosa, los del Cali y los del América, y hasta los que no creían en James. Para todo el país, por unas horas, la clasificación de la Selección Colombia se convirtió en “lo más importante de lo importante”.

Sigue en Twitter @Muni_Jensen