El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Artículo

Cielo verdadero

Es importante que cuando esas almas caninas que nos acompañan incondicionalmente deciden partir de este mundo, nosotros estemos presentes...

2 de enero de 2023 Por: Miky Calero

“Fue amor a primera vista. Caminaba un poco desubicada y perdida por las calles del barrio El Lido. Buscaba afecto y cariño mientras mecía su contorneada cola. Dispuesta a irse con el primero que le devolviera eso que buscaba. Yo fui aquel que cayó bajo sus encantos y la invité a venir conmigo, ahora compartimos techo. Han pasado ya varios meses y el idilio aumenta. Siempre quise una mona, bueno una pelirroja, porque la verdad es más roja que mona. Nos fascina hacer todo juntos, hasta compartimos silla para ver la tele. Cuando llego a casa me recibe con tanto amor que a veces pienso que exagera, me cuesta trabajo que se calme, para que todo vuelva a la normalidad. Nunca me reclama ni se enfada, leal como ella sola. Adoro contemplarla, paso horas haciéndolo hasta que se queda profundamente dormida. Ahora no solo compartimos techo también apellido, se llama la Mona Calero y es hermana de la Niña De La Calle”.

Esto escribí en el año 2013 cuando adopté esa bella perra que estaba perdida en la calle. El 21 de diciembre del 2022 murió de un paro cardiaco, afortunadamente lo hizo rodeada de amor y no en un frío hospital canino. Es importante que cuando esas almas caninas que nos acompañan incondicionalmente deciden partir de este mundo, nosotros estemos presentes así sea por vía de eutanasia, para darles todo el amor en su partida para ‘el cielo verdadero’. Digo esto porque creo que el verdadero cielo es el de los animales, mucho más lleno de amor y tolerancia que el cielo de los humanos. Seguro que La Mona Calero está allá en compañía de Charlie Calero, otro amado perro, y de millones de animales que pasaron por este planeta, planeta, que muchos de nuestra especie creen que es solo para nosotros.

Aprovecho para citar algo que escribí en el 2020:

Gratitud: Gracias por poder escribir esto, hoy domingo, y leerlo el martes publicado.

Gracias por haberme levantado de una cama agradable esta mañana, bajo un techo.

Gracias por tener una nevera con alimentos para el desayuno, almuerzo y comida.

Gracias por tener muchos sentidos, oír, mirar, degustar, oler, palpar, respirar.

Gracias por estar vivo en este maravilloso planeta azul, ahora que es la eternidad.

Poder caminar, correr, brincar, reír y gritar, gracias, gracias, gracias.

Son tantas las razones para agradecer, que no hay tiempo para las quejas. Siempre se le puede ver el lado positivo a todo, así parezca lo contrario.

En todo hay una lección, algo que aprender, muchos que no tienen tanto, viven agradecidos. Somos parte de una eternidad porque estamos aquí ahora leyendo esto.

Mañana estaremos aquí o en cualquier otra parte del universo. Puede que seamos hormigas, elefantes, ceibas o montañas y tal vez todos al tiempo.

Tengo todo, suficiente, no necesito más, tengo para compartir, gracias.

Cuando la Mona (me miraba) y ahora la Niña y Yoyo, mis compañeros de cuatro patas me miran, soy feliz.

Cuando suena el teléfono y es mi hija o mi hijo, soy más feliz.

Cuando tengo nostalgia, respiro, porque sé que ella pasa y se va, le agradezco.