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Jamundí militarizado

Oportuna y necesaria la militarización de Jamundí. En buena hora se tomó la decisión sin darle más largas al asunto.

2 de octubre de 2017 Por: Mario Fernando Prado

Oportuna y necesaria la militarización de Jamundí. En buena hora se tomó la decisión sin darle más largas al asunto. Se sabía que la violencia en este municipio cada vez más cercano a Cali se estaba saliendo de madre, sumándole además la corrupción y los malos manejos que obligaron a que su Alcalde fuera retirado del cargo mientras investigan varias de sus actuaciones.

Los recientes asesinatos y secuestros, el boleto y las extorsiones en la zona rural y urbana y un clima de desasosiego y prevención llevaron a que su alcaldesa encargada, Noralba García, junto con la gobernadora, Dilian Francisca Toro, presionaran la toma de esta determinación que cayó por sorpresa. La delincuencia común, los reductos guerrilleros, las bacrim y el narcotráfico pensaron que iban a seguir haciendo de las suyas y los pararon en seco.

Policía y Ejército están unidos en procura de normalizar la situación. Mano fuerte y cero concesiones, inteligencia militar y patrullaje permanente son acciones que se han emprendido con la colaboración y la aquiescencia de los jamundeños que se estaban viendo desplazados por personajes extraños, traquetos de todas las calañas e ‘inversionistas’ que creyeron que allí podían hacer los negociados más tramposos para convertir el centro en una especie de burdel.

No en vano y desde hace muchos años Jamundí ha tenido que soportar el sobrenombre infame de ‘Vagabundí’ por culpa de metederos de mala muerte que hoy son palacetes del vicio y la prostitución, con inversiones mil millonarias que no son otra cosa que lavaderos donde además se expenden drogas de todas las pelambres.

A contrapelo de lo anterior, subsisten las gentes de bien, cada vez más arrinconadas que claman por su Jamundí de antes cuando era una delicia ir a saborear sus famosos cholados y los sancochos de la negra Aleja, entre otros lugares de sano esparcimiento para el espíritu y el paladar.

Y como Jamundí es ya considerado un barrio de Cali, hay miles de viviendas para todos los estratos, casas magníficas, multifamiliares, supermercados y demás comodidades ubicados en las afueras y que son excelentes vivideros con un clima agradable y buenas vías de comunicación con Cali.

Todo esto sin embargo está siendo amenazado por delincuentes provenientes del sur del país, la narcoguerrilla y los ladronzuelos que pensaron que iban a seguir haciendo de las suyas y no.

Con mano firme se le puso orden a ese caos incluyendo, repito, la Administración Municipal en la que según dicen, existía un tráfico de influencias donde se campeaba la corrupción.

Ojalá que esta medida dé los resultados esperados y se pueda rescatar a Jamundí. Recordemos que está a tiro de cauchera de Cali y si por allá llueve, por acá no escampa y el mal ejemplo cunde.

Recuerdo que hace algunos años y ante la escalada de violencia que padecíamos, propuse algo similar en Cali para que entre otras cosas, fuera vigilada por la Policía Militar o PM y le cayeron encima a este pajarraco desplumándolo por alarmista y vean como hoy aquí no más, hubo que llegar a ese extremo. Es como para poner las barbas en remojo...

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