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¡Gracias, bomberos!

El espectáculo que apreciamos viendo arder la loma de Cristo Rey no tiene antecedentes en Cali. Vecinos del sector estuvieron a punto de perecer en los brazos de esas llamaradas que volvieron esa montaña un verdadero infierno.

16 de septiembre de 2019 Por: Mario Fernando Prado

Los hasta hace poco cuestionados porque recibían mucha plata del municipio y disponían de millones para dar y convidar. Los casi nunca tenidos en cuenta para los reconocimientos y las condecoraciones. Los siempre seres anónimos que colocan en las sillas de atrás. Los empalagosos con el ulular de sus sirenas que les hacen el fo y mil injusticias más, hoy son los verdaderos héroes que nos salvaron de que se quemaran hace una semana nuestras vidas y nuestras viviendas.

Este maldito verano al que le esperamos le llegue la bendita primavera, nos cogió con los calzones abajo porque -siempre repito como el poeta- “todo nos llega tarde” y de no ser por el Benemérito Cuerpo de Bomberos habríamos padecido unos y espectadores otros, de una gran tragedia de magnitudes insospechadas en nuestras propias narices.

El espectáculo que apreciamos viendo arder la loma de Cristo Rey no tiene antecedentes en Cali. Vecinos del sector estuvieron a punto de perecer en los brazos de esas llamaradas que volvieron esa montaña un verdadero infierno.

Y quienes salvaron la situación no fueron otros que nuestros bomberos que arriesgaron sus vidas en unos actos francamente heroicos cuando se enfrentaron a las llamas y lograron conjurar esas conflagraciones de manera por demás temeraria y en algunos casos, hasta suicida.

Para nadie es un secreto que los bomberos trabajan con las uñas, con equipos desuetos, con máquinas viejas por más que las mantienen relucientes, con escaso personal y un riesgo enorme de que no puedan dar abasto el día o la noche menos pensada.

Y es que una tragedia nunca avisa, así sea Nochebuena, Año Nuevo, Día de la Secretaria o Viernes Santo. Sin embargo ahí están y estarán siempre llueva, truene o relampaguee, listos para defender y/o ayudar a toda la gente de todos los estratos y condiciones socioculturales.

Fue épica su labor la semana pasada, digna, señor Alcalde, de la más alta condecoración que otorga Cali a sus mejores hijos, y de un homenaje -de esos que son más que merecidos- a ese cuerpo bomberil así sea que en ese preciso momento se presente alguna otra emergencia y se deba suspenderse la ceremonia para que puedan atenderla con todo el valor, la decisión y la entrega que les caracteriza.

Antes de buscar culpables y hacer señalamientos subjetivos, deporte que nos caracteriza, detengámonos mejor a rendirles un tributo de admiración, gratitud y respeto a nuestros queridos bomberos voluntarios.

***

Posdata: Y pensar que a los bomberos de Calima-Darién, por donde quedan fincas que valen miles de millones, hace dos meses que no les pagan. Sin embargo y a pesar de ello, si se presentase un incendio o algo por el estilo, allá estarán con sus mangueras viejas y sus uniformes raídos, cumpliendo con su deber.

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