Crisis en los moteles

Me han contado que los moteles andan de capa caída. Aquel próspero negocio que reemplazó las tristes piezas de las casas de citas -hoy también desaparecidas- tuvo un furor inusitado en nuestra ciudad por allá en los setenta.

La unidad investigative de Sirirí, realizó un meticuloso trabajo de campo y determinó que fueron los pioneros en estas vueltas canelas y después de Patio Bonito, Kafarnaun y Palermo que ofrecían cuartos sin baño y sin un pinche ventilador, las Residencias Meléndez, Santa Barbara, el Panamericano, los Garajes Star 1 y 2, entre otros, destacándose luego Las Fuentes, cerca al aeropuerto y en donde trepidaban las camas con cada aterrizaje de los ruidosos jets de esas épocas.

Vinieron después los Reyes con sus Rey de corazones del Norte y Rey de corazones del Sur a los que los eternos ociosos les cambiaron de nombre por el de los gemelos del Ley del norte y Ley del Sur. Por esas calendas se inauguró Campoamor cuyo nombre y slogan los craneó -juran que en canje- Hernán Nichols: “a batallas de amor , campos de plumas” y por último apareció el Paraíso Romano, con unas espectaculares suites con piscinas individuales y asadores para los gourmets de las parrilladas.

Estos últimos cuentan con jacuzzis -algunos al aire libre- sauna y baño turco, pista de baile con luces multicolores, espejos de aumento en los techos, pantallas gigantes de Tv con películas prohibidas permanentemente, música ambiental, carta de licores y de comidas, chanclas, gorros de baño, jabones chiquitos, espumas afrodisíacas, adminículos diversos para el goce pagando y hasta botiquín de primeros auxilios.

El negocio no podía ser mejor por la rotación de las habitaciones y la modalidad del alquiler por ‘rato’ que permitía que fueran ocupadas hasta 10 veces cada 24 horas y porque no se declaraba nada en razón a que todo era y sigue siendo al rabioso contado, excepción hecha con inversiones pigomez que recibía tarjetas de crédito.

Pues tan lucrativo 'negocionon' presenta una crisis de tal magnitud que en el desespero uno de estos lugares ha colocado una pancarta encima de la entrada que reza “échese uno por solo 25 mil pesos” y ni así. Y por las redes sociales y a los clientes fieles les ofrecen que por cuatro estadías la quinta es gratis y hay hasta sorteos de ollas pita doras, celulares chinos y pepas 'levantamuertos'. Y tampoco: sigue bajando la ocupación y nadie se explica la verdadera causa.

Hay quienes la explican diciendo que como ya los muchachos visitan a las novias en su respectivos cuartos y hasta duermen con ellas en sus casas y viceversa, ese mercado se perdió. Otros piensan que eso se debe a que los carros de ahora tienen los asientos delanteros totalmente reclinables -lo que no sucedía con los R4 y los Volkswagen- y no faltan quienes aseveran que con los hostales mochileros y la nueva hotelería que permite los hospedajes de medios días además, de los Airbnb tan en furor por estos días el 'pagale pieza' se acabó.

¿Cual será el destino si estos moteles se quiebran? Podrían convertirse en aulas para escuelas, colegios o Universidades y hasta clínicas u hospitales. Solo Dios sabrá.