El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Artículo

Cali Distrito

Los jóvenes quieren participar y en general sienten que quienes encabezan las juntas actualmente no los representan.

24 de mayo de 2022 Por: María Isabel Ulloa

Con la implementación de la ley de la República número 1933 de agosto de 2018, Cali se convirtió en Distrito Especial deportivo, cultural, turístico, empresarial y de servicios. Para muchos esta fue una mala noticia, ya que no se entendía por qué se convertía la ciudad en distrito, si lo que se necesitaba era avanzar para convertirse en área metropolitana. Algunos pensaban que esto significa más recursos, pero la verdad es que esa denominación no significaba tener más presupuesto por parte del Gobierno Nacional y, por el contrario, sí significa aumentar gastos locales. Además, se abrió una gran puerta para aquellos que quisieran usar mal este mecanismo, aprovechándose de la desconcentración de los recursos y la posible creación de cargos que trae la división de la ciudad en localidades.

Después de varias discusiones de ciudad entre múltiples actores, se concluyó que esta figura no era buena ni mala. Que su impacto dependía de cómo se implementara, y que la ciudad podría verse beneficiada de la desconcentración de varias de las funciones centralizadas en el CAM ya que, para muchos caleños, éste se percibe como lejano, distante de lo que a diario pasa en los barrios y comunas.

Teniendo en cuenta lo anterior, ProPacífico y la Cámara de Comercio de Cali en conjunto con la Alianza de las Universidades hizo un estudio para ponerlo al servicio de la administración que buscaba entender las características y condiciones geográficas, culturales y económicas de los habitantes de Cali y con ello plantear, de manera inicial, una propuesta de la división territorial del distrito en localidades. Además, se proponían las bases del proceso administrativo necesario para pasar de ser municipio a distrito.

La Alcaldía usó buena parte de este documento, además de ejercicios adicionales de participación ciudadana, para presentarle al Concejo Municipal una propuesta de localidades y un plan para la ‘distritalización’ que duraba al menos ocho años. En ese momento, el Concejo decidió no aprobar la propuesta y esta definición le quedó a la actual administración. Debido a la pandemia, el estallido social entre otros temas, el asunto se postergó y sólo hasta hace un par de meses la actual administración lo retomó. Como era natural, la alcaldía ha revisado todo lo hecho hasta el momento, y también ha realizado ejercicios adicionales absolutamente necesarios y lógicos dentro del curso de un cambio de esta envergadura.

Lo importante es no afanarnos. Tomémonos el tiempo necesario para dar a profundidad esta discusión de ciudad y no permitamos que se mezcle con la temporada electoral territorial que se avecina. La definición de las localidades será sólo el primer paso para que Cali sea un distrito real y no podemos caer en el error de construir el chasis del carro, pero no tener motor. Temas como la financiación, la desconcentración de funciones, los espacios públicos de las futuras alcaldías menores y sus juntas de administración, no son temas menores y se deben resolver al tiempo que definimos cuántas localidades tendremos. Además, si algo hemos visto en las llegadas a los diferentes barrios de Cali, es la necesidad de renovación de los liderazgos. Los jóvenes quieren participar y en general sienten que quienes encabezan las juntas actualmente no los representan. Este proceso debe incluirlos.

Debemos avanzar en este ejercicio, sin duda. Pero con las conversaciones de ciudad necesarias y con la tranquilidad de que este es un proceso que pondrá en marcha algo que llegó para quedarse y que no es asunto únicamente de la administración de turno.