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Uno - uno

En Ecuador el resultado fue el opuesto; la derrota sin atenuantes del delfín de Rafael Correa, por lo que al momento se puede declarar un empate, uno a uno, entre los que quieren revivir el malhadado socialismo del Siglo XXI y aquellos que se oponen.

13 de abril de 2021 Por: Marcos Peckel

América Latina enfrenta, quizás como siempre desde la independencia, fuertes tormentas. El covid en sus varios picos, un congestionado calendario electoral, una profunda polarización política, crecientes fracturas sociales y una crónica deficiencia institucional. Un continente que tuvo una contracción del 8% desde el comienzo de la pandemia.

Este 2021 electoral, que comenzó a finales del año pasado, tuvo como primer escenario Bolivia, “la niña de los ojos” del Libertador, dejando como ganador al sembrado por Evo, quien desde el parlamento mueve los hilos para controlar de cerca a su designado, Luis Arce, no vaya a ser que le salga como Lenin Moreno.

En Ecuador el resultado fue el opuesto; la derrota sin atenuantes del delfín de Rafael Correa, por lo que al momento se puede declarar un empate, uno a uno, entre los que quieren revivir el malhadado socialismo del Siglo XXI y aquellos que se oponen. Esa fue la contienda en ambos países, a favor o en contra de alguien, sin mayor debate sobre programas o propuestas.

El mismo día se llevó a cabo la primera vuelta electoral en Perú, país que en los últimos años ha pasado de crisis en crisis, cuatro presidentes en dos años y un colapsado sistema político que tuvo 16 candidatos en la primera vuelta. Aguas perfectas para pescadores de río revuelto, como los dos candidatos que van al balotaje el próximo 6 de junio, un profesor comunista irredento y la hija de un dictador, no de cualquiera, de Fujimori.

Chile el otro consentido de ‘los mercados’, enfrenta un complejo panorama electoral. Las elecciones a la asamblea constituyente se aplazaron hasta mayo por un pico de la pandemia que ha llevado a la ocupación casi total de la red hospitalaria, a pesar del supuesto éxito en la vacunación, casi 25% de la población ya chuzada. Averígüelo Vargas. El ejercicio de la constituyente puede salir muy bien o no tan bien, es casi un salto al vacío, producto de las desigualdades que ha dejado en el país austral el modelo de la escuela de Chicago. Las presidenciales en Chile tendrán lugar en noviembre, uno de cuyos candidatos punteando en las encuestas es Daniel Jadue, rabioso comunista y según el Centro Simón Wiesenthal , el mayor antisemita de América. Dios ten piedad.

Centroamérica que con la excepción de Costa Rica y Panamá no ha levantado cabeza desde la Colonia, tendrá una contienda electoral en Honduras y un circo en Nicaragua, donde Daniel Ortega el líder sandinista quien gracias a la industria de los fraudes se enquistó en el poder, busca pasárselo a su esposa, Doña Rosario. En Honduras los dos candidatos que se perfilan a disputarse el botín de la presidencia son la esposa del chavista Manuel Zelaya y el convicto lavador de dinero Yani Rosenthal. Sin comentarios.

Argentina, siempre políticamente disfuncional, tendrá elecciones legislativas, una especie de referendo al gobierno kirchnerista de Alberto Fernández en medio de una severa crisis sanitaria. De igual manera los manitos irán a las urnas a elegir los 500 diputados del Congreso de la Unión en que se presenta un fenómeno inédito en la historia electoral mexicana: El PRI, el PAN y el PRD se unieron en una coalición “Va por México” para oponerse a Morena, el partido de AMLO cuya gestión populista ha estado marcada por un serio declive económico y un cuestionado manejo de la pandemia.

Latinoamérica, siempre en crisis, y cuando no, preparando la que viene. En todo caso como diría Pambelé, mejor que haya elecciones a que no haya. Así no solucionen nada. Siguen Brasil y Colombia en 2022.
Sigue en Twitter @marcospeckel