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La caída de Galiano

John Galiano, el excéntrico diseñador de la Casa Dior, se tardó una...

14 de marzo de 2011 Por: Marcos Peckel

John Galiano, el excéntrico diseñador de la Casa Dior, se tardó una vida en construir una impecable reputación y llegar al pináculo universal de la moda y unos pocos segundos en una cantina parisina en destruirla. Fue despedido de Dior, a través de los medios, sus perfumes retirados de los anaqueles en una docena de países y su marca lejos de representar lo mas ‘chic’ de la moda se convirtió de la noche a la mañana en sinónimo de xenofobia.La única razón de la caída de Galiano fueron sus afirmaciones antisemitas y su declaración de “amor a Hitler”. No como lo pretendieron explicar algunas afamadas personalidades de la moda en Colombia, que su despido se debió a que “sus jefes eran judíos” y que “el mundo parisino de la moda está lleno de judíos”. En otras palabras lo grave no es lo que se dice, sino quien lo oye.Otras figuras públicas han visto recientemente sus carreras destruidas por comentarios antisemitas. La veterana periodista del grupo Hearst, Helen Thomas, la primera mujer admitida al “cuerpo de reporteros de la casa blanca” y quien tuvo el honor de hacer la primera pregunta en las ruedas de prensa a los presidentes norteamericanos desde Eisenhower, cayó igualmente por declaraciones demasiado subidas de tono contra Israel y contra los judíos, las cuales ha repetido sin cesar, desde su caída.El actor y director Mel Gibson también vio el comienzo del declive de su carrera cinematográfica por repetidos incidentes antisemitas, incluido uno en el que profirió insultos a un policía judío que lo había detenido por conducir en estado de embriaguez. Gibson también ha sido asociado a incidentes racistas contras latinos, negros y homosexuales.Otro famoso director, Olive Stone, siempre polémico, tuvo que retractarse apresurada y públicamente de unas declaraciones antisemitas relacionadas con el holocausto, antes que estas le causaran serios perjuicios a su carrera.El historiador inglés David Irving pasó tres años en una cárcel en Austria por imprimir libros y artículos negando el holocausto, una de las más protuberantes manifestaciones del antisemitismo actual, cuyo principal exponente es el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad.Lo que dijeron Galiano y los otros personajes contra los judíos, posiblemente lo dice gente del común, pero a una figura pública no le está permitido en este nuevo mundo de lo políticamente correcto.Hacer manifestaciones racistas o xenófobas de cualquier índole, incluidas antisemitas puede y debe traer graves consecuencias. El antisemitismo que nació, creció y se reprodujo en la Europa cristiana, la que nos legó las cruzadas, la inquisición, los libelos de sangre, los pogroms y el holocausto, sigue lamentablemente vivo. Lo diferente es que gracias a una fuerte legislación y mayor conciencia por parte de la población, hoy en día es inaceptable ser o parecer antisemita en la gran mayoría del mundo cristiano como lo demuestran los casos arriba descritos y otros muchos. Incluso Hugo Chávez la tuvo bien complicada y sintió la fuerte presión internacional después que un grupo de esbirros bolivarianos atacó una sinagoga en Caracas. No así en el mundo musulmán donde los viejos estereotipos contra los judíos han resurgido con fuerza en los últimos años, y donde el gran panfleto antisemita de todos los tiempos “Los Protocolos de los sabios de Sion” con sus teorías conspiratorias, se estudia como libro de texto. Curioso fenómeno este antisemitismo en países donde ya no hay judíos.