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Acuerdo

Estamos mamados de la guerra, del odio y las armas. Mamados de los discursos que nos segregan para sacar provecho político.

12 de marzo de 2023 Por: Mabel Lara

El acuerdo convoca a bajar la radicalización de la opinión, la polarización y a dialogar. No acaba de aterrizar en la mesa de negociación, más bien se adopta como una de las necesarias salidas al conflicto armado de la mano de las transformaciones para la paz, punto clave de la agenda, y que vienen liderando personas como el presidente de Fedegan, José Félix Lafaurie, negociador del Gobierno Nacional, y esposo de una de las más férreas opositoras del proceso.

Este podría ser de los primeros ensayos del Acuerdo, sentar a la mesa a José Félix a ayudar a pactar la paz con los ‘elenos’ y mantener al tanto al jefe de la oposición, Álvaro Uribe Vélez, directivo del Centro Democrático al que pertenece Lafaurie, y cuya voz ha sido importante para entender que “la búsqueda de la paz no es solo una apuesta de la izquierda colombiana, es un anhelo del país”, como él mismo cita.

Parece traído de los cabellos que semejante proyecto adquiera legitimidad en momentos donde hechos de corrupción y denuncias de cuotas burocráticas se han conocido; además cuando están arrancando las elecciones regionales, pero no es una chifladura descabellada advertir que ha llegó el momento de replantear el curso del país poniéndonos de acuerdo con los considerados contrarios y que sea la sociedad civil la que ponga andar las conversaciones improbables, no adscritas a un solo gobierno.

El riesgo de semejante iniciativa es que vía pactos políticos perdamos el equilibrio de poderes, acallemos incluso la necesaria oposición o repitamos el desastroso episodio del Frente Nacional donde se impidió la participación de otras fuerzas políticas, el campesinado y la sociedad civil que al final será quien deberá refrendar o apoyar las conversaciones para construir un futuro común. Estamos mamados de la guerra, del odio y las armas. Mamados de los discursos que nos segregan para sacar provecho político. El acuerdo deberá empezar por quienes no estamos dispuestos a seguir alimentando los odios, por eso pongo el acento en que la reconciliación deberá venir más allá de una bandera o proyecto específico, el acuerdo nacional deberá ser soportado por la gente.

Nota: Mabel Lara es negociadora de paz como parte de la sociedad civil en el proceso de paz con el Eln.