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Cine para despertar conciencias

Pese a la emoción y a los compromisos políticos el Festival de Cannes nunca descuida su lado ‘glamour' que alivia el ambiente y siembra alegría y distracción.

19 de mayo de 2022 Por: Liliane de Levy

Arrancó con gran pompa la 75 edición del Festival Internacional de Cine en Cannes con la intención de recuperar el liderazgo en todo lo relacionado con arte y glamour del mundo cinematográfico, alterado durante dos años de crisis causada por los estragos del Covid -19.

Los más grandes nombres del mundo del cine aceptaron integrar un jurado especialmente privilegiado (con directores eminentes como el iraní Asghar Farhadi o el rumano Cristian Mungiu y otros). El mismo clima de Cannes (habitualmente lluvioso en esta época) colaboró con temperaturas de verano y sol radiante para deleite de todos. Hasta el momento la sola ceremonia de inauguración acaparó los comentarios sobre el evento. Y se tornó especialmente comprometida y emotiva cuando el veterano actor y realizador francés Vincent Lindo (recomendado en múltiples ocasiones en Cannes con La Palma de Oro al mejor actor en 2015 por su papel en La Ley del Mercado o su participación estelar en Titane, el año pasado ganadora de la Palma de Oro de la mejor película) en su calidad de presidente del Jurado de la Selección Oficial y los cortometrajes pronunció su discurso de presentación. Sus palabras y su emoción se apoderaron de todos los que lo escucharon (dentro y fuera del recinto del Palacio del Festival). Y estremecedoras para decir lo menos, cuando quiso “evocar desde esta tribuna que concentra en corto tiempo todos los tormentos de un planeta que sangra, que sufre, se asfixia y se quema, en medio de la indiferencia de los poderes”.

También, impactó cuando preguntó si en este Festival que consagra la atención del mundo, “¿Se debe usar la notoriedad del evento, por más modesta que pueda ser, para llevar alto y fuerte la palabra de los ‘sin voz’, o al contario negarse a expresar públicamente una posición sobre dominios en los que no tenemos legitimidad ni competencia particular?”.
Una pregunta que perturba por su actualidad y a la que Vincent Lindon termina confesando: “No tengo respuesta”. Sin embargo, y aún en medio de las dudas y la confusión, el Festival sigue su misión sagrada de libertad, su razón de ser cuando fue creado en plena Segunda Guerra Mundial para luchar contra el fascismo y el nazismo que pretendieron deformar el arte para convertirlo en instrumento de propaganda.

Vincent Lindon también aclaró que el Festival de Cannes no exige más que “la sola exigencia de calidad” y la importancia de “estar vivo y saberlo”. Discurso inspirador al que los medios dieron su más amplia divulgación.

Otro momento emotivo durante la ceremonia de inauguración fue el video enviado por el líder ucraniano Volodymyr Zelensky, para denunciar la invasión injustificada de su país por Rusia. La hizo recordando a Charlie Chaplin por su película El Dictador y citando una réplica de Robert Duval en la película Apocalypse Now cuando dice: “Me gusta el olor del napalm, temprano por la mañana”, que resume toda la miseria de la guerra.

Pese a la emoción y a los compromisos políticos el Festival de Cannes nunca descuida su lado ‘glamour' que alivia el ambiente y siembra alegría y distracción. La cuota glamorosa hasta el momento se llevó a cabo con la participación de bellísimos y famosísimos actores y actrices engalanados y subiendo las escaleras del Palacio del Festival sobre el mítico tapete rojo. Entre ellos, Tom Cruise, quien vino a presentar otro inoxidable Top Gun - Maverick.Bello, rejuvenecido (no sé cómo lo hace) y muy generoso, repartiendo autógrafos, sonrisas y ‘selfies’ en medio del júbilo de sus admiradores.