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Puro surf

Hace un buen rato que el surf dejó de ser un deporte...

19 de febrero de 2016 Por: Laura Posada

Hace un buen rato que el surf dejó de ser un deporte que se pensaba sólo se practicaba en playas lejanas y remotas. De Estados Unidos, Filipinas, Sudáfrica o Australia, de por allá eran los surfistas. Eso se pensaba. Grip, kick out, leash, off shore, peak o take off eran términos ajenos e impronunciables. Pero el surf en el Valle está empezando a sonar con especial resonancia y tiene más significado del que se cree. Aquí, en el borde de cualquier cosa parecida a esas ciudades costeras tan distantes, nuestra gente parece encontrar lo mismo que los de allá cuando están sobre una tabla: emoción, satisfacción, felicidad, empoderamiento. Eso que el escritor estadounidense Tom Wolfe llamó el “Oh poderoso sobrecogedor Pacífico”, refiriéndose al misterio del océano, a su magia y a su efecto hipnótico. Lo que pasa es que los de acá son surfistas que han crecido en silencio -por ahora-. En Cali existe el surf hace varios años y quienes lo practican, aún pocas personas, lo hacen por mera afición, por lo que en un principio se dedicaron a buscar las playas de Ecuador. Aprendieron las técnicas de una forma empírica y de igual manera fueron sus entrenamientos. Ese mismo grupo decidió un día explorar su propio territorio y por casualidades de la vida llevaron su deporte a aguas del Pacífico, a las playas de Ladrilleros, Juanchaco y La Barra.Con los años empezaron a acercarse a la comunidad y casi a hacer parte de ella. Con cada visita veían cómo los niños se las rebuscaban para imitar lo que ellos hacían cuando surfeaban y notaban cómo hacían sus tablas con listones de madera, tablones e icopores. Varios de los surfistas caleños, uno de ellos Teo Mejía, diseñador industrial y empresario, notó no sólo la motivación de estos chicos en practicar de verdad el deporte, en convertirse en buenos deportistas; también cómo estaban esquivando las adversidades propias de su región, una de las más vulnerables, entregándole su tiempo al surf. Regaló entonces unas tablas, hechas en su tienda Wepa Longboards (fabrica tablas para la práctica de deportes extremos), y junto con la comunidad se creó Coco Surf Pacífico, una escuela conformada por instructores nativos y deportistas de corazón que se dedican a entrenar a los niños. De ahí nace el proyecto ‘Apoya Surf en Ladrilleros’, que busca conseguir patrocinios para cumplir con el propósito de ofrecer otras alternativas para la reconstrucción social de la región. Hace un año, los surfistas caleños crearon Olas Pacífico Surf Club, hombres y mujeres que cuando hay olas se unen a los entrenos con los del Coco Surf. Se fortalecen como pueden y cada vez lo hacen con más bríos. Este año hicieron los trámites ante Indervalle y hace dos semanas ambos clubes fueron acreditados y hacen ahora parte de la Liga Vallecaucana de Surf, Livasurf. Desde el próximo mes contarán con psicólogos deportivos, entrenadores, visitas diarias a las Panamericanas y viáticos para las prácticas en el Pacífico. Ahora también, como Liga, serán quienes nos representen en todos los regionales y nacionales de mar y playa. El surf hará parte de los próximos Juegos del Litoral Pacífico, en diciembre. El surf hace parte de los deportes alternativos y esos se practican desde el alma, casi de manera visceral, son una pasión y una búsqueda constante de adrenalina. Y la pasión no distingue género ni raza o condición social. Eso es el surf. En las playas del Pacífico están los futuros deportistas y campeones, sólo necesitan visibilidad. El Valle siempre ha sido potencia en el deporte y las empresas deberían empezar a patrocinar otros diferentes al fútbol. ***Paréntesis: Practique y apoye el Surf. Contactos: Coco Surf Pacífico, Olas Pacífico Surf Club y Proyecto Apoya el surf en Ladrilleros en Facebook.