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La sorpresa: Alejo Eder

Ese aguacero de votos se los ganó por su intachable pasado, por respetuoso, por el rechazo caleño al matonismo incendiario de la ‘primera línea’ que produjo noches de pánico.

1 de noviembre de 2023 Por: Poncho Rentería

Que el candidato Alejandro Eder, que fue víctima de una campaña odiosa, casi sucia, le ganara con tanta ventaja al muy veterano Roberto Ortiz, El Chontico, es una muestra de que la amplia clase media y la profesional de Cali se rebeló. Decidieron decirle “no más” a los políticos expertos en aceitar la maquinaria que rodeaba al veterano Roberto Ortiz.

Me reportaron desde Cali que en las dos últimas semanas hubo ataques bajos, de pésimo gusto y mala educación contra la bonita y cívica señora del elegido Alejandro Eder y contra su aliada Diana Rojas. Les cobraban con insultos que ellas dos, con su presencia en la campaña, motivaron a miles de mujeres y de juventudes a votar por Alejandro Eder.

Ciertísimo, la alianza Eder y Diana Rojas fue un oxígeno valioso cuando el contendor, Roberto Ortiz, punteaba. Bravo, Diana Rojas, fuiste clave en este triunfo de la caleñidad cívica. A Diana Rojas le deseo suerte influyendo en las finanzas de Cali y en la manoseada Empresas Públicas de Cali al garete.

Al uribismo, al que buscaba enterrar en lo político, le fue de maravilla. Logró el expresidente Álvaro Uribe superar la persecución y obtener números victoriosos para el Centro Democrático en Antioquia, Medellín, Santander y Cali. Y eligió siete concejales en Bogotá, donde la furiosa Primera Línea, les quemaban las vallas y la propaganda.

Gran antipatía se ganó en Colombia la vicepresidenta Francia Márquez con sus viajes en helicóptero. Para colmos, ella a los críticos de su despilfarro, les respondía burlonamente: “Si no les gusta que yo use un helicóptero, de malas”. De carambola les regalaba una irónica ñapa: “Si les molesta mis viajes a Nueva York y Londres y al África, de malas”.

Amargo para el presidente Petro y el petrismo, perder dos millones de votos en Bogotá. El domingo, el país antiPetro hizo fuerza para que en Cali triunfara Alejo Eder y, buenas, buenas, lo consiguió.

Ese aguacero de votos se los ganó por su intachable pasado, por respetuoso, por el rechazo caleño al matonismo incendiario de la ‘primera línea’ que produjo noches de pánico.

Se desinfló el vanidoso petrismo, les toca, al fin, empezar a gobernar. Les recomiendo opinar con prudencia, cancelar la manía del ‘trino X’, cero despilfarros y sacar a mucho inepto que metieron en puestos de poder. Don Alejandro Eder, ¡a gobernar!

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