La armada invencible de Petro Urrego

Se prevé que próximamente Petro, solidario con el régimen castrochavista de Venezuela y agresivo con Estados Unidos a raíz de su despliegue militar en el Caribe, hará esta proclama:

“Latinoamérica no será inferior al desafío guerrerista del imperio yanqui. Los hermanos venezolanos no están solos. Estaremos con ellos a través de un ejército aguerrido inspirado en la música y la literatura porque somos potencia de vida.

Los caribeños estamos unidos. Cantamos: ‘Caribe soy, de la tierra del amor, de la tierra donde nace el sol, donde las verdes palmeras se vencen airosas al soplo del mar’. ¡Vamos a desterrar la ostentación naval yanqui con el verso de Mercedes Sosa en Alfonsina y el Mar ‘por la blanca arena que lame el mar, su pequeña huella no vuelve más!’.

Es que tenemos el contingente para enfrentarlos: desde las playas de amor en Chimichagua me han confirmado que viene la piragua de Guillermo Cubillos con el temible Pedro Albundia y docenas de bogas color majagua.

Tendremos en la batalla el Almirante Padilla, barco pirata bandido como le decía Escalona. Vienen bogas que abandonaron ‘el platanal, su mujer y su bohío’.

Hemos reincorporado el Karina, tan cercano a nuestro pasado guerrillero y he ordenado a la Ministra de Cultura que ponga a flote el Galeón San José. Invocamos a Álvaro Mutis para que Maqroll el gaviero venga con el ‘Hansa Stern’ de Ilona y con el Tramp Steamer.

Como ven, estamos sacando la más bella artillería naval, de donde sea, como la canción de Roberto Cantoral ‘Yo sé dónde está esa barca, medio enterrada en la arena en una playa olvidada. Hoy mi playa se viste de amargura, porque tu barca tiene que partir a cruzar otros mares de locura’.

Estoy muy agradecido con el cineclub de la Universidad Nacional, quienes, ofendidos por el despliegue de submarinos gringos, nos han ofrecido el ‘Yellow Submarine’ que se fabricó en Liverpool en épocas desafiantes.

Desde el río Magdalena se incorporarán los viejos barcos a vapor y he ordenado de manera especial la nave donde lograron revitalizar su amor Florentino Ariza y Fermina Daza en ‘El amor en los tiempos del cólera’ de nuestro García Márquez. El nombre de ese barco no puede ser más bello, aunque yo no la practique: ‘Nueva fidelidad’.

En las embarcaciones, inspirados en Lucho Bermúdez irán los ‘Kalamarí tribu caribe, tiñó tu sangre guerrera’.

También nos acompañarán muchos gestores de paz, con pasados judiciales que asustarán a los monitos del norte, cantando con Daniel Santos: ‘Vengo a decirle adiós a los muchachos // porque pronto me voy para la guerra // aunque voy a pelear en otras tierras’.

Y tenemos claro, Trump, que nuestra victoria será inobjetable y te enfrentaremos para defender nuestra libertad como si fuera Adelita; ‘Si Adelita se fuera con otro // la seguiría por tierra y por mar // si por mar en un buque de guerra // si por tierra en un tren militar’. Porque estamos hastiados de la discriminación gringa y la dependencia de su mercado. Por eso no dudo en recordarte aquel bolero perfecto para este momento: Mar y cielo: ‘Me tienes, pero de nada te vale, soy tuyo porque lo dicta un papel, El mar y el cielo se ven igual de azules y en la distancia parece que se unen// mejor es que recuerdes que el cielo es siempre cielo y que nunca, nunca, el mar lo alcanzará’.

Te sorprenderá nuestra fortaleza. El mar no nos asusta; al contario, cantamos permanentemente con la Sonora Matancera ‘En el mar la vida es más sabrosa’ y seguramente cuando veas la solidaridad que lograremos de otras potencias, mirarás preocupado el cielo y me dirás con Bienvenido Granda ‘Luna ruégale que vuelva y dile que lo espero en la orilla del mar’. Ese día, yo, el último Aureliano Buendía veré si te atiendo o no”.