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Para superar la ‘superación’

En buena hora están aumentando los espacios de divulgación y debate en...

20 de septiembre de 2012 Por: Julio César Londoño

En buena hora están aumentando los espacios de divulgación y debate en el país (la divulgación son los libros, videos y conferencias que ponen, en lenguaje claro y amable, los temas de las ciencias, las artes y las humanidades). Hay nuevos programas de opinión en radio y televisión. A los espacios de este género en Todelar y Caracol se sumó otro de Blu, la nueva cadena de radio del Grupo Santodomingo, conducido por Néstor Morales. Semana abrió un espacio de opinión en televisión dirigido por María Jimena Duzán. Los diarios mantienen una extensa y plural nómina de columnistas. Las grandes cadenas tienen espacios de debate de buen nivel los domingos sobre temas que van desde el bosón Higgs a la ética de la información.Aumentan también la oferta cultural y los talleres de artes y escritura en la ciudad, y las universidades están enriqueciendo los portafolios de sus programas culturales. La Icesi y la Javeriana de Cali, por ejemplo, están ofreciendo cursos de extensión en artes, literatura y humanidades.No todo está perdido. No todo está sujeto al pavor del olvido.La divulgación por todos los medios y en todas las áreas es clave por muchas razones: uno quiere saber porque sí, por el placer de saber: a cualquier persona sana debe intrigarla, por ejemplo, el hecho fácilmente comprobable de que a Dios no se le tuerce nunca un arco iris. También queremos saber cosas para satisfacer un instinto básico de la especie, la curiosidad; y para compensar, con una visión panorámica del mundo y la historia, la estrechez de nuestras miradas de especialistas; para participar de manera proactiva en los grupos multidisciplinarios, en la educación de los hijos o en las reuniones con los amigos; para negociar con éxito, proyectar con tino y seducir sin plata; por último, punto clave, debemos estar bien informados para elegir bien, para que la democracia no sea solo una bonita palabra, para que no nos embauquen los charlatanes en la plaza pública (la masa crítica en política es el 20%. Este porcentaje de ciudadanos bien informados garantizaría que en cada hogar haya al menos una persona con un buen criterio de elección).La cosa no es fácil, claro. No es fácil entender las sofisticadas variables de la economía, el ajedrez de la política, el horror de la parapolítica, los laberintos de la historia, el infinito puzle del genoma, las oblicuas miradas de los artistas, los misterios de las religiones… Pero si nos las explican con claridad y poesía, podemos seguir las líneas gruesas de estos asuntos, conocer sus conclusiones, saber en qué medida nos afectan, cómo alteran nuestra cosmología. Si nos ayuda un buen maestro, podemos apreciar mejor un ensayo, una teoría, un edificio, una canción.La divulgación también sirve para vencer los prejuicios, las visiones maniqueas y las simplificaciones burdas; para conocer al otro y dialogar con él; en suma, para desarrollar un pensamiento crítico y superar la ‘superación’, esas seudofilosofías que quieren convencernos de que el éxito es mamey y que el dolor es una peste que ellas curan con un solo frote de un bálsamo ‘cuántico’ que ellas venden por una suma asaz módica…P. S.: A las 5:30 de esta tarde dictaré en el Hotel Intercontinental la conferencia Arte, ciencia y seducción. Entrada libre.