Precursores y pioneros

El próximo 20 de julio el país se viste de ‘júbilo inmortal’ para conmemorar los 212 años del grito de la independencia de Colombia.
En ese contexto, un elemento en la historia que poco se ha contado es que junto a las Ciudades Confederadas, Cali, la capital del Valle del Cauca fue “precursora de la independencia y fiel heraldo de la libertad” como reza su himno, pues fue pionera en proclamar la independencia de la corona española un 3 de julio de 1810, es decir, 17 días antes que sucediera en Bogotá.

Así consta en el Acta de Emancipación del Consejo de Regencia de España de esa fecha, donde se reclamó la autonomía de la provincia realista de Popayán, manifestación que dio paso a la creación de las Ciudades Confederadas en 1811, lideradas por el militar y político caleño Joaquín de Cayzedo y Cuero, protagonista del grito de independencia de Cali.

Esta Acta que se encuentra en el archivo histórico de Cali se firmó en el Palacio Consistorial (hoy Palacio Nacional, contiguo a la Plaza de Cayzedo) luego de varias reuniones del cabildo caleño realizadas en secreto en la Hacienda Cañasgordas y en el convento de San Francisco. Cali, junto a Caloto, Buga, Cartago, Anserma y Toro conformaron la primera asociación regional, la Junta Provisional de Gobierno o de las Ciudades Confederadas.

También en esa historia vale la pena recordar que tropas vallecaucanas a nombre de las Ciudades Confederadas libraron batallas decisivas para los pasos que llevaron al país a la emancipación total de la corona española, como las del Bajo Palacé (marzo 1811) y la batalla naval de Iscuandé (enero 1812).

Sin embargo, solo hasta el 30 de abril de 1910 el Valle del Cauca se constituyó como departamento y se definió a Cali como su capital, gracias al médico, escritor y periodista bugueño Francisco Palau Valenzuela, teniendo como primer gobernador al médico caleño Pablo Borrero Ayerbe.

Desde esas épocas independentistas hasta hoy el liderazgo, el espíritu de transformación y de crecimiento de esta región y su aporte al país se han mantenido, aunque a veces nos cuesta a nosotros mismos reconocerlo.

El Valle tiene una de las economías más sofisticadas y diversas de Colombia, con una robusta plataforma de siete clústeres que se articulan para trabajar en pro de la innovación, internacionalización y mejoramiento de la producción. Esto ha permitido que se tome el liderazgo en temas agroindustriales, como estar en los primeros lugares de producción de proteína blanca y generar alrededor del 80% de la energía renovable no convencional del país; además de tener de las mejores clínicas y servicios de salud, una gran capacidad en materia de moda y confecciones, nuevos desarrollos en laboratorios de alta tecnología fortaleciendo los aspectos de la economía digital, entre otros.

El Valle cuenta con el puerto de Buenaventura, el tercer aeropuerto más importante del país y la más completa red vial de la Nación, elementos claves en su competitividad. Se calcula que son más de $300 millones de dólares que atraen Cali y el Valle en inversión extranjera, con multinacionales que fortalecen el tejido empresarial y generan empleo.
Si bien tenemos grandes retos, Cali y el Valle cuentan con todas las condiciones para seguir siendo pioneros en diferentes ámbitos de la economía del país, continuar por la vía del crecimiento y el desarrollo social. Lo importante es que nosotros mismos creamos, como lo hicieron nuestros antepasados en la gesta independista, que es posible.