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Sociedad obsesionada

Augusto Cury, siquiatra brasileño, habla con pasión sobre educación. Su discurso se...

21 de agosto de 2010 Por: Jorge Humberto Cadavid Pbro

Augusto Cury, siquiatra brasileño, habla con pasión sobre educación. Su discurso se centra en la empatía y la libertad creativa, lo que define como humanización del conocimiento. Alerta que el sistema actual, volcado en depositar cantidad de información, perpetúa personas enfermas e una sociedad convertida en hospital siquiátrico.Se han producido en las últimas décadas dos fenómenos que han cambiado las relaciones humanas. El primero es la televisión. Silenció a la familia, convertida en un grupo de extraños bajo un mismo lugar. El segundo fenómeno es internet. Mejor que la televisión, porque el espectador no es pasivo. Se conocen personas, pero no en su intimidad, creando la ilusión de muchos amigos. “Nunca se ha desarrollado tanto la industria del entretenimiento y nunca han sido las personas tan tristes y depresivas”, afirma el psiquiatra.La sociedad actual está obsesionada por el triunfo. Pero apenas algunas personas llegarán a esas instancias, por eso lo importante es la dignidad que nos lleve a la realización, a la felicidad, que sólo se consigue con la verdad que nos haga libres. Eso se debe enseñar, porque notamos cada vez la violencia, la crueldad y la falta de sentimientos ante el dolor de los demás.Este ponerse en el lugar del otro es un ejercicio de la inteligencia humana que no está siendo trabajado, y sólo se logra en el hogar, la familia, y en la escuela. Si los educadores y padres no nos convertimos en testimonio vivo para niños y adolescentes, produciremos líderes que serán auténticos desastres, que se buscarán a sí mismos, usando a los demás para lograr sus fines.Se ha incrementado para todos el mundo, pero con ello ha crecido la superficialidad en las relaciones, la falta de confianza y la dificultad para intercambiar experiencias de vida. Hoy un niño de siete años tiene más información que un emperador romano. Como estas informaciones no se han transformado en conocimiento, el conocimiento en experiencia y la experiencia en sabiduría, terminan produciendo estrés. Se produce una hiperactividad funcional que el psiquiatra llama ‘Síndrome del pensamiento acelerado’. Estos individuos padecen de dolores de cabeza, musculares, desconcentración, insatisfacción, irritabilidad, desprecio de las reglas, reflejando esta situación en un consumismo desaforado.Ante este panorama lo que debemos aprender y recuperar en la formación, en el conducir la educación de los que vienen atrás es “Aprender sin esperar algo a cambio, entender que detrás de una persona que hiere hay otra herida, no exigir demasiado a los otros y ser más flexible y aunque hoy parezca anormal, debemos buscar la empatía, abrazar más, hacer de cada día un momento mágico. Preparar a los hijos y educandos para que entiendan el teatro de la vida”.