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El show de las vanidades

En los momentos de crisis, afirma el Papa, se ve lo bueno y lo malo de la gente, ahí todos se muestran tal cuales son.

18 de marzo de 2021 Por: Jorge Humberto Cadavid Pbro

“Vuestras manos están de sangre llenas, lavaos, limpiaos, quitad vuestras fechorías delante de mí vista, desistid de hacer el mal, aprended a hacer el bien, buscad lo justo, dad sus derechos al oprimido, haced justicia al huérfano, abogad por la viuda. Venid, pues, y disputemos” (Isaías 1,16-18). Junto a esta cita bíblica que el papa Francisco usa en el prólogo de su libro ‘Soñemos Juntos’, y la de San Lucas, que también cita en el mismo prólogo: “Simón, Simón, mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros como el trigo, pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca” (Lucas 22,31), ambas me dan motivo al título de mi opinión hoy.

El Papa en sus reflexiones, motivadas desde ese 27 de marzo del 2020 cuando se dirigió al mundo con la bendición ‘Urbi et Orbi’, hasta la Pascua del mismo año, habló sobre el momento de crisis por el cual pasaba la humanidad y en un hermoso libro que presenta el escritor inglés Austen Ivereigh nos dice que es como dejarse llevar por un agudo y profundo maestro espiritual en un retiro del alma para encontrar la mejor respuesta que nos saque mejores de esta crisis.

En los momentos de crisis, afirma el Papa, se ve lo bueno y lo malo de la gente, ahí todos se muestran tal cuales son. Unos se dedican a servir a los que lo necesitan, mientras otros se aprovechan de los demás; algunos salen al encuentro de los que están solos y abandonados, surgen la imaginación y la creatividad, y otros se refugian detrás de una coraza protectora: la indiferencia. El corazón se muestra tal cual es.

En una crisis nuestros funcionalismos se tambalean y tenemos que revisar y modificar nuestros roles y hábitos para salir de la crisis como mejores personas. Una crisis exige siempre que todo nuestro ser esté presente, no podemos escondernos y retraernos en el pasado, devolviéndonos a nuestros antiguos roles. Debemos meternos en ese mundo en crisis, en la piel del que sufre para poder motivarnos a crear un futuro nuevo.

Es el momento de la verdad. En este momento lo que necesitamos es la oportunidad de cambiar, de hacer lugar para que surja eso nuevo que necesitamos, que grita la humanidad, por eso empecé con las dos citas bíblicas, porque como dice Isaías: “Venga, hablemos sobre eso. Si estás para escuchar, tendremos un gran futuro, pero si te niegas a escuchar, te devorará la espada”.

Este es el momento para soñar en grande, para repensar nuestras prioridades. Hay que disminuir la velocidad, tomar conciencia y diseñar maneras mejores para convivir en este mundo: “Hace falta un movimiento popular que sepa que nos necesitamos mutuamente, que tenga un sentido de responsabilidad por los demás y por el mundo.
Necesitamos proclamar que ser compasivos, tener fe, y trabajar por el Bien Común son grandes metas de vida que requieren valentía y reciedumbre, mientras que la vanidad, la superficialidad y la burla de la ética, no nos han hecho ningún bien. La fraternidad dará a la libertad y a la Igualdad su justa sinfonía. Venga, hablemos sobre esto. Atrevámonos a soñar”.