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¿Cómo alcanzar la excelencia?

Casi que en un lenguaje sencillo, desde la infancia, escuchando a nuestros...

26 de mayo de 2012 Por: Jorge Humberto Cadavid Pbro

Casi que en un lenguaje sencillo, desde la infancia, escuchando a nuestros padres, los primeros educadores, hemos oído que tomar conciencia, tener conciencia, obrar en conciencia, es lo fundamental para ser seres humanos, con valores, ciudadanos que transforman la sociedad, la cultura, convirtiéndose en la alegría y la felicidad no sólo de sus progenitores, sino de la sociedad, porque son los verdaderos líderes que jalonan la civilización, la hacen evolucionar.El nivel de conciencia de un pueblo, lo que a veces denominamos como su espíritu, es lo que hace la diferencia con otros, por ello el que ésta evolucione es lo que se debe constituir en el objetivo mayor de la política, de los gobernantes, de un Estado, en todos los niveles de su poder.Uno de los grandes pensadores del Siglo XX: Pière Teilhard de Chardín, decía: “El hombre es un ser espiritual, que está pasando por una experiencia terrenal, pero cuando se convierte en terrenal, olvidando su esencia, pierde la conciencia de constructor de un mundo nuevo”, se aleja entonces de los valores eternos de la sociedad. Cuáles son: la moralidad, la espiritualidad, la ética, consecuencia que se ve cuando la política de los pueblos ignora la educación y la cultura como los elementos primordiales que plasman conciencias colectivas y que estructuran las sociedades en estos valores eternos.Por eso el grito de Martin Luther King, que de alguna manera se trajo en períodos difíciles de nuestra sociedad a cuento en determinadas pancartas en la ciudad, dice: “No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos”. Nuestra preocupación y en estos momentos difíciles para nuestro departamento, que no son menos para la Nación, debe ser con la sociedad, no podemos permitir equivocarnos, ver algo errado y seguir indiferentes, es necesario cambiar la mente, para rectificar entonces el camino, hay que tomar conciencia.El modelo de cambio de conciencia debe iniciarse en las comunidades, barrios, comunas, parroquias, allí donde vive y convive el ciudadano, comunidades pequeñas pero organizadas políticamente de tal manera que sean como microestados, para que conformen así el renacer de la conciencia y como átomos lleguen a constituir el organismo nacional diferente al que hoy tenemos; optemos por el paradigma cuántico, ya planteado por Teilhard y gritado hasta la saciedad por Luther King: que prevalezca el espíritu sobre la materia y así los valores eternos retomen la construcción del ser humano: “La ética, como principio básico, la integridad del ser, para restablecer la confianza en el otro, la responsabilidad para recuperar el sentido de pertenencia; el respeto a las leyes y reglamentos, para que exista una convivencia verdaderamente pacífica; el respeto por el derecho de los demás ciudadanos por instaurar una paz verdadera, sin exclusiones; el amor al trabajo, para dignificar la existencia y hacer hermoso el habitat; el esfuerzo por la inversión, para compartir la riqueza y mejorar la dignidad humana en solidaridad y fraternidad; el deseo de superación , para estar en constante evolución y dinamismo social, y la puntualidad para respetar el tiempo y la dignidad de los demás”.Es necesario parar un momento el acelere de la vida, para pensar con verdadera ilustración y así poder optar por la mejor decisión que nos lleve a la excelencia y nos marque el inicio de un proceso de cambio de conciencia.