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Senderos

La comunidad que actualmente habita o trabaja en los sectores de San Fernando y Cristales tiene derecho a ser consultada y escuchada en lo que atañe al medio ambiente...

7 de diciembre de 2022 Por: Helena Palacios

Buena parte del encanto de Cali está en su magnífica población arbórea pródiga en ceibas, samanes, caracolíes y guayacanes. Bajo la sombra de ellos y la brisa que les alienta se extiende el barrio San Fernando que alberga una cantidad de árboles e inolvidables parques, los cuales lo embellecen y alivian la transformación de su arquitectura por la pala del progreso que destruyó sin pena, muchas de sus tradicionales y acogedoras casas. El auge económico y crecimiento de la ciudad dio origen al barrio que por más de 90 años ha sido hogar y lugar de encuentro de caleños y residentes en sus puntos culturales y educativos, hoy con variedad de edificaciones y restaurantes.

Los primeros tiempos de la urbe fueron descritos por el literato D. Antonio González Toledo (año de 1887): “La temperatura de Cali es fuerte, pero no sofocante: la ciudad está como bajo una arboleda, y vista desde San Antonio, por ejemplo, apenas se la distingue por la multitud de árboles de lujoso follaje que, a la par que ofrecen refrescante sombra, dan sabrosos frutos a sus habitantes. A las dos de la tarde, la hora más pesada en las tierras cálidas, las brisas del Pacífico entran alborotadas y juguetonas por las calles, remueven el aire y llenan el circuito de frescura; las noches son incomparables bajo aquel cielo salpicado con profusión de estrellas; el lecho es regalado y el amanecer espléndido.
Semejante naturaleza tiene, sin duda, que influir sobre los habitantes de aquellas comarcas” (Apuntaciones Histórico-geográficas, Belisario Palacios).

La comunidad que actualmente habita o trabaja en los sectores de San Fernando y Cristales tiene derecho a ser consultada y escuchada en lo que atañe al medio ambiente y a la ya iniciada tala de árboles del bosque contiguo para la ejecución de la etapa I Tramo II del proyecto integral Cristo Rey Senderos ecológicos Morelia. Se ha denunciado que, con el objetivo de construir un gran sendero para acceder al monumento de Cristo Rey, y un amplio parque, se afectará la vegetación, aves y demás especies de ese pulmón de la ciudad.

Así mismo se ha advertido acerca de la inestabilidad de la tierra, pendientes y canales de agua que pueden derivar en deslizamientos o inundaciones por desbordamiento. Cada árbol suma pues sus raíces evitan la erosión, de modo que la eficiencia de las motosierras resuena y genera alarma, mientras se echa de menos estudios ambientales suficientes e independientes. Está por verse lo que de ‘ecológico’ y de ‘senderos’ tenga el proyecto, términos estos que en promociones suele usarse y vende, pero en algunos casos mimetiza los reales alcances o efectos de las obras. Sendero “es un camino estrecho, en especial el que se ha formado por el paso de personas o animales” para profundizar en un bosque, más no una vía que conlleve una intervención tal que deteriore la biodiversidad.

También está en la mira la viabilidad de la totalidad del proyecto Cristo Rey por su costo, su prelación de cara a necesidades apremiantes de la ciudad y la insuficiencia de requisitos y condiciones. Sucede ello en momentos en que se cuestionan procesos de contratación que tienen como sujetos fiscales a la administración municipal de Cali y a los contratistas en su calidad de gestores del patrimonio y recursos públicos, cuya responsabilidad evalúan organismos oficiales de vigilancia, aún sin los resultados que la ciudadanía sigue esperando.

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