Paradojas en las revoluciones
Las revoluciones en sí mismas no son garantía de felicidad, ni de desdicha.
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18 de ago de 2022, 11:40 p. m.
Actualizado el 17 de may de 2023, 12:54 p. m.
Las revoluciones en sí mismas no son garantía de felicidad, ni de desdicha. La historia política narra los hechos, las ideas y los movimientos sociales que a lo largo del tiempo han trocado realidades para bien o para mal, según se mire. Son dinámicas que impulsan el motor de la existencia y con ellas debemos continuar. Algunos sentirán que han naufragado las bases del orden y otros asumirán que se ha iniciado el camino hacia un mundo mejor.
El buen suceso de ellas dependerá de sus objetivos, los cambios al sistema y la forma como se ejecuten. Podemos leer en los textos que inspiran el movimiento del nuevo gobernante en Colombia, que más que por un período presidencial, van por el inicio de un proceso de transformaciones de largo aliento en todas las esferas del Estado. Las fuerzas dominantes irán sentando las bases con determinaciones que favorezcan o no las economías de las regiones, la convivencia pacífica y el medio ambiente. Ya se verá.
Es a la hora de decidir con quiénes y cómo se atenderá el ímpetu de las transformaciones, cuando se pone en juego el acierto o el riesgo de fracaso de una gestión, incluso de las metas más loables. En muchos casos se pierde el equilibrio y como dicen coloquialmente, las revoluciones se comen a sus hijos, paradoja que abre otras heridas y desigualdades. Sin embargo, hay pensamientos de quienes habiendo ejercido un gobierno de izquierda, a la distancia de los años llaman a la ponderación y brindan una cuota de su experiencia y sabiduría.
Pepe Mujica, expresidente de la República del Uruguay, aconseja a los líderes latinoamericanos en materia de cambio de reglas de una economía capitalista: “Hay que intentar ir creando otra economía en las entrañas de esta economía sin destrozarla”. Se creyó, añade, que podía darse un socialismo a partir de países subdesarrollados, lo que no puede ser, en cambio se requiere una sociedad desarrollada sin desigualdades, pero “hay que tener una capacidad tecnológica y técnica que masivamente no tenemos y, ¿qué pasa?”, agrega: “Caemos en el autoritarismo, después no tenemos para repartir, y hay que repartir una tajadita para acá y otra para allá y nos volvemos pura política social (...) ha sido así el proceso de Venezuela”. (Entrevista CNN en Español - YouTube).
En la rica región del Pacífico están los mayores retos por la pobreza y la violencia que la azota. Víctimas del tradicional olvido de administraciones centralistas han sido sus moradores. Se añade a ello, el histórico conflicto en el norte del Cauca derivado de invasiones a predios mediando el uso de explosivos, por parte de indígenas. Estas acciones ponen en riesgo la vida y sustento de la amplia población afrocolombiana que allí labora y habita. Como se sabe, por siglos son los descendientes de personas esclavizadas quienes han permanecido en esas tierras, sobreponiéndose a todas las vicisitudes en sus luchas por la libertad y su autonomía.
Como el gobierno ha invitado al diálogo es de esperar ecuanimidad de su parte, pues los apoyos a los indígenas del Consejo Regional Indígena, Cric, han sido dados en tal medida que parecen estar convencidos de tener derecho a gobernar e intimidar a otras comunidades. La lucha por la igualdad como dice Mujica, no se puede tragar la libertad. En este caso, la libertad de la población de raza negra con derechos ancestrales y economías legales.
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