¿Por qué no nos roban la corona?

¿Con la coca, de verdad, simplemente es que no se podrá?

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20 de abr de 2022, 11:45 p. m.

Actualizado el 17 de may de 2023, 12:38 p. m.

¿Por qué no nos roban la corona?
Pocas coronas quisiéramos poder regalar (o que se la vuelvan a robar). O quizás la única que sí entregaríamos felices es la que nos deja bien emplazado nuestro liderazgo narcotraficante. ¿Nadie la quiere? ¿O nadie puede?

Muchos países, si quisieran, podrían ser grandes reyes narcos. Varios de otras latitudes, aún fuera de este continente, tienen condiciones similares donde se podría cultivar coca a gran escala. Perú y Bolivia ya lo hacen desde hace mucho pero no nos superan. Rumores han dado cuenta hasta de intentos de cultivos en África y de la historia colonial de Japón cultivando coca en Taiwán.

Es cierto que las condiciones climáticas y de altura que necesita la mata de coca son bastante específicas. Pero muchas regiones del mundo cuentan con condiciones comparables. La familia biológica de esta planta es diversa. Tiene más de 200 especies y, de esas, 17 tienen alcaloide para producir cocaína.

Pero bueno, asumamos que las condiciones geográficas de los Andes son irreplicables por centímetros de diferencia en altura, por milímetros de lluvia o por hasta decimales del pH de la tierra. La agricultura del Siglo XXI, especialmente la de gran escala y de alta rentabilidad, usa tecnología para innovaciones que permitan optimizar el negocio. ¿Con la coca, de verdad, simplemente es que no se podrá? ¿Ni con invernaderos, hidroponía o algún otro método? ¿Nada?

Estando en Guatemala esta semana uno se pregunta eso. ¿Por qué acá no? En varias regiones tienen climas similares a los nuestros, su Estado es más débil que el colombiano, tienen costas sobre dos océanos, están más cerca a los consumidores en EE.UU., su justicia es inoperante, están llenos de corrupción. Lo mismo aplica para una lista larga de países. ¿Qué tienen que nosotros no?

La lógica económica debería tener esto inundando de cultivos y laboratorios para reducir costos y maximizar ganancias. Los narcos, si se movieran por sus finanzas, deberían estar acá. Solo por logística de transporte la diferencia es abismal. Pero no, a Guatemala llegan cargamentos desde Colombia y siguen hacia el norte. No cultivan.
Hay algo más de fondo que explica que nuestra corona narco esté clavada con espinas. Algo de nuestra base como sociedad nos hace el terreno más fértil para cuanta economía ilegal exista. Francisco Thoumi, académico y experto de estos temas ha dado puntadas al respecto. Echarle la culpa a “la demanda”, a los que meten desde afuera y nos hacen poner los muertos desconoce que nosotros también somos parte del problema.

No es solo cuestión de suelos. Es una corrosión tan severa de elementos básicos de nuestra moral y de nuestros principios, que irónicamente termina siendo el abono más efectivo para que pululen las rentas del hampa con el producto de turno. Hoy es la coca, mañana podrán ser hasta las empanadas.

Ha sido asesor del gobierno nacional y local y actualmente es consultor en temas de seguridad nacional. También lidera la Fundación Objetivo Cero que trabaja por reducir la violencia en el Pacífico colombiano. Ha sido reconocido como estudiante sobresaliente por el Presidente de los Estados Unidos, becario por méritos durante su pregrado y posgrado, miembro de la sociedad de Honor Phi Beta Delta, y fue reconocido como uno de los 100 voceros juveniles de Colombia por el British Council.

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