Oasis

250 años del nacimiento de Ludwig van Beethoven en diciembre de 1770, es un aniversario para amarlo más y darle gracias.

Él admiró sin par a Juan Sebastián Bach y, después de él, Beethoven es sin duda un maestro por siempre, como Mozart. El trío de oro.

Sus nueve sinfonías, sus sonatas, sus conciertos y sus óperas han deleitado e inspirado a millones y lo seguirán haciendo.

Hoy en día no hay un solo músico que se acerque ni de lejos a los clásicos con obras que se desvanecen como el humo en poco tiempo.

Siempre nos toca el corazón un compositor genial que desde los 27 años empieza a padecer una sordera progresiva.

Con razón pensó en el suicidio, pero lo desechó: “Por mi fe y mi amor al arte”. Amaba lo que hacía y se superó.

Su vida fue tan tormentosa como la de Chaikovski. ¡Qué! falla!, frustrado en el amor y las relaciones porque era asocial y neurótico.

Su padre lo explotó de niño. Siempre nos invita a amar la vida un músico que le canta a la alegría y la hermandad ya completamente sordo. “Busca la alegría más allá de las estrellas”.

Sigue en Instagram @Gonzalogallog