Oasis
El oro fue para Akira, una pequeña japonesa que asombró a todos destacando algunas cosas rotas o podridas.
Hace años una sabia educadora llevó a diez niños a una caminata por la playa y por un bosque cercano.
Cada uno llevaba una bolsa en la que debía recoger al menos diez cosas pequeñas que le llamaran la atención.
Los invitó también a tomar diez fotos en sus celulares de lo más hermoso que vieran en la naturaleza.
Cuando llegaron al salón cada uno fue mostrando lo que había hecho y debían evaluar y dar medallas de oro, plata y bronce a los mejores.
El tercer premio fue para un niño que vio belleza en lo más insignificante y que, en apariencia, no era bonito ni agradable.
La plata se la llevó una jovencita que supo valorar por igual pequeñas piedras, hojas, tierra y varios insectos.
El oro fue para Akira, una pequeña japonesa que asombró a todos destacando algunas cosas rotas o podridas.
Ese día todos se enamoraron del arte llamado Kintsugi. Sé curioso, busca en internet lo que esa niña enseñó y aplícalo en tu vivir.