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El hermano lejano

En el centro de San Salvador hay un monumento llamado ‘Hermano Lejano’...

17 de mayo de 2015 Por: Esteban Piedrahíta

En el centro de San Salvador hay un monumento llamado ‘Hermano Lejano’ que conmemora a los más de 2,5 millones de salvadoreños residentes en el exterior y sus contribuciones al desarrollo de ese país. La población de El Salvador alcanza los 6,4 millones, lo que significa que cerca de 1 de cada 3 salvadoreños vive fuera, principalmente en EE.UU. En 2014, esos emigrantes giraron US$4.217 millones a sus familias en el país, una cifra equivalente a 16% del PIB nacional y al 80% de sus exportaciones. Las remesas son tan importantes para la economía salvadoreña que no solo hay monumentos a ellas sino que desde 2001 el dólar es la moneda de ese país. El Valle del Cauca, guardadas proporciones, es El Salvador de Colombia. Con 10% de la población nacional y cerca de 25% de los colombianos residentes en el exterior, recibe el 31% de las remesas que se giran al país. Antioquia, con una población 50% mayor, y Bogotá-Cundinamarca, con más del doble de la población del Valle, reciben solo el 18% y el 17%, respectivamente, de estos giros. En nuestra región, estos provienen principalmente de EE.UU. (34%), España (27%), Chile (7%), y Reino Unido (4%). En 2014, ingresaron al Valle un poco más de US$1.200 millones en remesas (unos $2,4 billones de pesos), equivalentes al 3,5% del PIB departamental y al 55% de las exportaciones del departamento (US$2.196 millones), con lo cual se constituyen en su mayor fuente de divisas.Una excelente noticia es que la devaluación del peso genera un impacto positivo inmediato sobre la economía del Valle vía remesas. Según cálculos de la Cámara de Comercio de Cali, una devaluación de $500 frente al dólar se traduce en ingresos adicionales a la economía regional de $600.000 millones por año. De hecho, gracias a la devaluación, las remesas recibidas en el último trimestre de 2014 ($705.000 millones) fueron 20% superiores a las del último trimestre de 2013. Estos recursos se irrigan a miles de hogares por toda la región estimulando el consumo y la compra de vivienda, entre otros. En una coyuntura de desaceleración, ya quisiera el resto del país contar con esta ‘válvula’ contra-cíclica que inyecta un punto adicional del PIB a la economía.Después de varios años de disminución, asociada a las crisis económicas en Norteamérica y Europa, desde 2012 las remesas vienen creciendo al 4% anual y es de esperarse que lo sigan haciendo en el mediano plazo en la medida en que esas economías continúan su recuperación. Esto mejorará las condiciones de empleo de los vallecaucanos en el exterior y por ende su capacidad de enviar dinero, repercutiendo positivamente en la economía local. Es por este y otros beneficios de la devaluación para el Valle, como la mayor competitividad de su industria, que Fedesarrollo estima que la economía departamental crecerá al 4,5% anual promedio entre 2015 y 2018, frente a solo un 3,8% de la economía nacional.Hay que estar agradecidos con los hermanos lejanos, pero más allá de las remesas, esa gran diáspora genera interesantes posibilidades de negocios para la región. Jaramillo Mora, el mayor constructor del Valle, vende el 20% de sus viviendas a residentes del exterior, y muchas clínicas de la ciudad atienden cada vez más a colombianos que viven fuera. Hay oportunidades en negocios como condominios para jubilados, servicios financieros de varios tipos, agencias comerciales en el exterior, etc. Una red internacional de casi 1 millón de personas con niveles de formación e ingresos superiores al promedio local es un activo que nuestros empresarios deben aprovechar para generar empleo y riqueza.