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Emilio Sardi

Opinión

Movilidad sin vías

Siendo esencial para la movilidad de los caleños la recuperación total de la malla vial, el debate debe centrarse entonces en cómo generar los recursos requeridos para ello.

18 de abril de 2023 Por: Emilio Sardi

La movilidad es un servicio público esencial que determina en buena medida la competitividad de una ciudad y el bienestar de todos sus habitantes, desde el más pobre hasta el más pudiente. Una mala movilidad incide en el costo de las actividades productivas y deteriora la calidad de vida de los ciudadanos. Les roba a todos tiempo en su trabajo, en su descanso, en su vida. Les roba paz.

Como Cali carece de un sistema de transporte público racional y eficaz, la movilidad caleña se basa cada vez más en el transporte individual o familiar, con más de 450.000 automotores registrados y más de medio millón de motos circulando. Para que estos vehículos, pertenecientes a cientos de miles de familias caleñas, se movilicen bien, se requieren buenas vías. Lamentablemente, las de Cali son cada día peores.

Además de sufrir los efectos del desmedido protagonismo que se les da a los innumerables ‘especialistas’, ‘profesores’, ‘observatorios’, ‘colectivos’, ‘fundaciones’ o ‘comités’ dedicados a defender los caprichos de los enemigos del transporte automotor y ubicados en la vanguardia del retroceso en lo que respecta a movilidad con sus bolardos, tacos, bicicarriles y demás inventos, las vías caleñas son víctimas de un abandono que las está llevando a ser intransitables.

La semana pasada, El País informó que en reciente debate de control político en el Concejo de Cali se había revelado que solo el 25% de la malla vial de Cali está en buen estado. Según el informe, de los 2.591 kilómetros de vía urbanas que tiene la ciudad, solo 646 están en buen estado. Aunque, lamentablemente, no dijeron dónde estaban esos maravillosos kilómetros en buen estado para ir a admirarlos -ya que la mayoría de los caleños nunca los vemos-, en el reportaje también se informó que se estimaba que recuperar toda la malla vial costaría $1,5 billones.

Siendo esencial para la movilidad de los caleños la recuperación total de la malla vial, el debate debe centrarse entonces en cómo generar los recursos requeridos para ello. Esto es posible en una ciudad cuyo presupuesto excederá los $5 billones en 2024, y que acaba de aprobar una inversión de $1,3 billones para darle respiración artificial a un MÍO que no tiene viabilidad alguna, por carecer ya de mercado potencial. De hecho, lo primero que debe debatirse es si se persiste en ese desperdicio de recursos para sostener artificialmente un sistema de transporte que moviliza escasas 120 mil personas en una ciudad de 2 millones y medio, o si esos recursos se redireccionan para recuperar unas vías cuyo buen estado sirve a toda la comunidad.

Estas son decisiones de ciudad que son de fondo y que deben ser tomadas por gente seria y capaz. Son decisiones para ser tomadas fuera del ámbito en el que se han movido las que se han venido tomando sobre la movilidad de Cali durante los últimos siete años. Ámbito este plagado de personajes carentes de conocimientos serios y prácticos sobre el tema, pero pletóricos de sesgos ideológicos, de teorías y de caprichos.

La búsqueda de una mejor movilidad debe ser uno de los pilares fundamentales de la recuperación que debe vivir Cali después de la negra noche que ha sufrido en estos cuatro años. Por eso, es indispensable que aquellos candidatos a la Alcaldía que aspiren a servir realmente a los caleños sustenten en sus campañas sus posiciones sobre este tan importante aspecto de la vida de la ciudad.

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