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Jorge Restrepo Potes

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El limbo liberal

Ojalá la sensatez se imponga, y pueda el viejo Partido Liberal volver a ser genuino intérprete de los intereses populares y bastión de la democracia colombiana.

25 de mayo de 2023 Por: Jorge Restrepo Potes

César Gaviria es quien por mayor lapso ha ocupado el cargo de director del Partido Liberal. Si mi memoria no falla, en la Convención de 2005, a la que asistí como exsenador, se eligió al expresidente para dirigir la colectividad, y ahí sigue.

Debo reconocer que Gaviria cumplió excelente gestión como líder de la oposición liberal a los gobiernos de Álvaro Uribe, y fue factor decisivo para evitar la diáspora de los parlamentarios liberales hacia las toldas de la ‘seguridad democrática’, que no era ni una cosa ni la otra.

Fueron muchas las ocasiones que escuché a Gaviria en las plazas públicas enjuiciando el régimen de derecha del presidente antioqueño, y muchas veces calificar a Uribe de “mentiroso, mentiroso”, como consta en las grabaciones.

Ignoro qué pócima maligna bebió el ilustre hijo de Pereira para que su espíritu liberal, enérgico y combativo, sufriera un cambio extremo en 2018 cuando, sin rubor en el rostro, empujó al Partido a votar por Iván Duque, luego de haber abandonado a su suerte en primera vuelta al candidato liberal Humberto de la Calle, en desarrollo de un pacto siniestro con Uribe.

Ese apoyo ‘liberal’ fue decisivo para el triunfo de esa cordillera de mediocridad que es el señor Duque, tal como se probó en su mandato.

No cabía en ninguna mente sensata que luego del desastre duquista, Gaviria tuviese la desfachatez de apoyar a Federico Gutiérrez en la primera vuelta de 2022, y enseguida al impresentable Rodolfo Hernández en la segunda. Ni el uno ni el otro merecían el concurso rojo. Ambos fueron candidatos de Uribe, y ambos hubiesen gobernado bajo las órdenes de El Ubérrimo.

Fue entonces cuando muchos liberales decidimos abandonar el partido que así se comportaba en la escena política, dirigido por quien se convirtió en recio exponente de la derecha, el señor Gaviria.

Yo atendí el llamado que hizo Juan Fernando Cristo e ingresé a ‘En Marcha’, un movimiento formado por auténticos liberales, que ya goza de personería jurídica, que le permitirá competir en las elecciones del 29 de octubre. ‘En Marcha’ recogerá el grueso de lo que otrora fue el Gran Partido Liberal Colombiano para que su enseña y su ideología campeen de nuevo bajo el cielo patrio.

A ese movimiento pertenece también Griselda Janeth Restrepo, fuerte aspirante a la Alcaldía de Palmira, municipio que merece la dirección de una mujer de la capacidad intelectual y de la trayectoria pública de la exministra.

Hay rebelión de congresistas liberales contra Gaviria. En la Cámara, 18 representantes suscribieron dura carta al director del Partido protestando por un grotesco comunicado suyo en el que amenazaba hasta con denuncias penales a quienes votaran afirmativamente la reforma de la Salud. Ni Laureano Gómez con su ‘disciplina para perros’ había llegado tan lejos.

Gaviria debe dar un paso al costado. Está obligado a reunir las bancadas de ambas Cámaras para que sean ellas las que decidan su conducta en el Congreso sobre las reformas propuestas por el Gobierno. Y convocar la máxima asamblea para que el liberalismo elija a quien ha de dirigirlo y señale la plataforma de acción política para los días que corren, los más difíciles de los últimos años.

Ojalá la sensatez se imponga, y pueda el viejo Partido Liberal volver a ser genuino intérprete de los intereses populares y bastión de la democracia colombiana.

Hay que sacarlo del limbo en que ahora se encuentra.

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