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Marcos Peckel

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El día del perdón

El concepto de perdón, uno de los más pesados en la conciencia humana, adquiere sumo significado en este día. Se debe pedir perdón, primero al prójimo y después a Dios, en ese orden.

27 de septiembre de 2023 Por: Marcos Peckel

El pasado lunes, de acuerdo con el calendario hebreo, se celebró el Día del Perdón, -Yom Kipur-, el más sagrado del calendario hebreo, el cual comenzó el domingo a la caída del sol, diez días después de que comenzara el nuevo año judío 5784. El año uno del calendario hebreo corresponde a la aparición del primer hombre, Adán, en el paraíso.

Yom Kipur, día de expiación, oración, arrepentimiento, ayuno y abstinencia, nace cuando Moisés en el Sinaí le pide perdón a Dios para él y su pueblo por el episodio de la adoración al becerro de oro que habían construido los judíos impacientes por la no llegada de su líder.

Gracias a la gran pluralidad del pueblo judío, Yom Kipur es celebrado e interpretado de diversas formas de acuerdo con la concepción personal de cada judío, desde los más observantes hasta los judíos seculares. Para pocos pasa desapercibido, y de una forma u otra marca un nuevo comienzo, se establecen objetivos y metas, algo así como promesas para el año que comienza.

Los diez días transcurridos desde el año nuevo hasta Yom Kipur sirven de reflexión; personal, comunitaria y nacional, destinados a cotejar lo ideal de lo real, qué hacer para que lo último se acerque a lo primero, qué nos faltó y por qué, y hacer los votos para avanzar. El concepto de perdón, uno de los más pesados en la conciencia humana, adquiere sumo significado en este día. Se debe pedir perdón, primero al prójimo y después a Dios, en ese orden. Y otorgarlo, siempre y cuando se haya hecho justicia. Si alguien robó, devolvió lo robado con los intereses correspondientes y resarció los daños, debe ser perdonado.

Yom Kipur nos exige sensibilizarnos con el dolor, las penas y el sufrimiento del mundo que nos rodea y actuar en consecuencia de acuerdo con nuestras capacidades. Según la tradición, en el día del perdón quedamos ‘sellados en el libro de la vida’ para el nuevo año. La enseñanza es que las reflexiones sobre aquello que queremos cambiar y lograr no son eternas, ‘tienen un plazo’, y deben conducir a acciones concretas, las cuales quedan ‘registradas y selladas’.

El pueblo judío ha mantenido su identidad por más de 3500 años gracias a unas tradiciones y costumbres originadas en sus textos sagrados, muchas de las cuales ha legado a la humanidad toda. Yom Kipur, día de ayuno, simboliza la libertad, la posibilidad de cada ser humano de elegir, de hacer los cambios, corregir el camino, reconectarse con Dios y con el prójimo de una manera propositiva, lastrar los odios y resentimientos, un nuevo comienzo, aligerado, para un mundo mejor.

El pasado lunes las sinagogas del mundo estuvieron rebosadas de los hijos de Israel, en momentos que el pueblo judío vive una época de amplia libertad para la práctica de su fe, en los casi cien países en los que hay comunidades, libertad que por siglos le fue negada. Sin embargo, negros nubarrones se ciernen en el horizonte, reflejando un creciente antisemitismo, ataques a sinagogas, universidades en Estados Unidos, hostiles a la presencia judía, movimientos que promueven la demonización de Israel, único Estado judío del mundo, Irán acelerando su programa bélico nuclear y unas redes sociales en las que los ataques a judíos son cada vez más agresivos.

Yom Kipur concluye con el toque del ‘Shofar’, el cuerno de carnero, que aparece por primera vez en la tradición judía cuando los hebreos conducidos por Josué derribaron con su sonido las murallas de Jericó, entrando a la tierra prometida. Durante milenios ese toque ha anunciado un nuevo amanecer.

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