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Columnistas
El balance: La clave del éxito de un Alcalde
Cali está a punto de terminar la peor Alcaldía en su historia. El 83% de los caleños desaprueban la gestión de Ospina; ni Apolinar Salcedo tuvo semejante desaprobación.
Así como una persona tiene que balancear su peso entre la pierna izquierda y la derecha para caminar, un Alcalde debe balancear lo político y lo técnico para ser exitoso. Después de la peor alcaldía en su historia, Cali necesita de un Alcalde que trabaje por las prioridades de la ciudad y se rodee de gente con conocimientos y experiencia. Pero también se requiere que entienda el contexto político y sepa construir coaliciones amplias que le ayuden a sacar adelante su agenda.
Robert Moses fue una de las personas más influyentes de los Estados Unidos en el Siglo XX. Él fue un funcionario público que construyó parques, puentes, autopistas, represas y barrios enteros. Su gestión le cambió por completo la cara a Nueva York y mejoró la calidad de vida de millones de personas con infraestructura y espacio público. Moses fue un servidor público excepcional. Pero también fue un político sagaz e implacable que supo navegar las sucias aguas de la política neoyorquina y logró construir una coalición fuerte y amplia que lo mantuvo en el poder por 40 años y le abrió el paso a los megaproyectos que construyó.
Moses es una figura compleja y con muchos elementos negativos. Pero también es alguien que ejemplifica la necesidad de lograr un balance entre lo técnico y lo político para dar resultados. Quien se enfoca exclusivamente en lo político se va a dedicar a acumular poder y no va a gestionar lo que la gente necesita. Quien se enfoca solo en lo técnico se va a ver frenado por las dinámicas de poder del sector público y no va a poder gestionar su agenda. Hay que tener los dos elementos.
Cali está a punto de terminar la peor Alcaldía en su historia. El 83% de los caleños desaprueban la gestión de Ospina; ni Apolinar Salcedo tuvo semejante desaprobación. La ciudad necesita un alcalde o alcaldesa que corrija el rumbo, gestione efectivamente y le devuelva la esperanza a la ciudad. Lograr esto requiere de acción técnica y política.
Por el lado de lo técnico, el Alcalde tiene que rodearse de gente con conocimientos y experiencia. Necesita trabajar por los principales problemas de la ciudad y enfocar sus esfuerzos en solucionarlos. La seguridad, la movilidad, las finanzas públicas y la pobreza son los temas que más le preocupan a los caleños y, por lo tanto, deben ser su prioridad. Es clave que las entidades responsables de estos asuntos estén blindadas de influencias clientelistas, sean lideradas por técnicos con experiencia en el sector público y que sus funcionarios sean seleccionados por méritos. El Alcalde debe respaldar a su equipo para implementar políticas efectivas en estos temas y, cuando la solución no sea clara, debe darles espacio para experimentar e innovar.
Por el lado de lo político, el Alcalde debe entender perfectamente el contexto de poder. Debe conocer los actores y grupos de interés que tienen influencia sobre las prioridades de la ciudad y construir alianzas con ellos para que le ayuden a sacar adelante su agenda. Esto requiere de negociación y concesiones. Pero, así como la política, la administración pública es el arte de lo posible e ignorar el contexto es abrazar el fracaso. Esto incluye edificar una coalición con los concejales e incluirlos en el gabinete. Suena a clientelismo, pero aun en las democracias más avanzadas los gabinetes se usan para consolidar coaliciones. La clave es aislar las secretarías importantes de estas dinámicas y asegurarse que ahí lleguen los mejores servidores públicos.
Venimos de una alcaldía politiquera y plagada de escándalos que hizo retroceder a Cali. Los caleños quieren que el próximo alcalde recupere el rumbo y gestione efectivamente sus prioridades. Pero esto demanda una acción coordinada a dos bandas. Solo un líder que trabaje con dedicación lo político y lo técnico podrá devolverle la esperanza a Cali