COP 16, un reto ambiental para el Pacífico colombiano

Me preocupa que Cali y el departamento del Valle del Cauca, en lo referente a la organización de la COP 16, se han quedado, hasta el momento, en el campo de las buenas intenciones y en la generación de muchas expectativas en diversas comunidades del pacífico colombiano o de zonas rurales del Valle del Cauca.

En la vida real, a menos de seis meses de iniciarse tan importante evento internacional para Colombia, muy poco se está haciendo en la adecuación de los sitios donde se realizarán las diversas reuniones y menos en el mejoramiento de Cali, empezando por el aseo y descontaminación de sus siete ríos, sus zonas de ladera, quebradas, parques y calles a fin de mostrarla como una ciudad abanderada en los temas ambientales.

Es hora de salirnos de la euforia de ser la sede de la COP 16 y mejor procurar más la colaboración de los organismos especializados de las Naciones Unidas en los temas ambientales y que tanto el gobierno nacional como los gobiernos regionales del pacífico colombiano, particularmente el Valle del Cauca y Cali, comiencen a mostrar hechos reales en favor de ese evento.

La clave para el éxito de esta conferencia, en mi opinión, recae principalmente en dos factores:

La coordinación interinstitucional, que hasta el momento no estamos viendo entre el gobierno nacional, los gobiernos regionales, locales y los diversos sectores académicos, culturales, ambientales, científicos y empresariales que afortunadamente tenemos en la región.

De modo que mi invitación muy fraternal a la Sra. Gobernadora del Valle del Cauca y al Sr. Alcalde de Cali es que, sin ningún tipo de sectarismo político o social, contribuyan a hacer un frente común con diversas personas e instituciones de la región y municipios que conforman su área metropolitana como Jamundí, Palmira, Yumbo, La Cumbre y Vijes para que, junto con otros municipios del departamento del Valle del Cauca, se conviertan en ejemplo para Colombia, en materia de aseo e iluminación de sus calles, recuperación de sus ríos, reforestación de sus zonas de ladera, de calidad y cobertura en sus servicios públicos, de su red hospitalaria, educativa, bibliotecas y suministro de agua potable.

Lo anterior debe ir acompañado de una política que permita que todos los grupos armados ilegales se comprometan, mediante un diálogo con el Estado, a cesar cualquier tipo de acciones violentas en los meses de octubre y noviembre del presente año.

Contribuir a tal responsabilidad regional y local, lo mismo que a lograr un clima de menos violencia e inseguridad ciudadana, es un deber de obligatorio cumplimiento tanto de la población como del gobierno nacional y de los gobiernos regionales y locales del pacífico colombiano.

Sería fatal que por más que nos llamemos ‘potencia mundial de la vida’, las Naciones Unidas tomaran la decisión de suspender la realización de dicho evento en Cali, Colombia.

Como exvicepresidente de la República, exgobernador del Valle del Cauca y persona que resido en la ciudad de Cali, invito a todas las personas que vivimos en el Valle del Cauca para que Unidos en la Diferencia, trabajemos voluntariamente por el éxito de la COP 16 en nuestro territorio.