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El Tulio de la A: del América a la Alcaldía

Lo que sí es cierto, es que a Tulio Gómez el fútbol, y en particular el América, lo dotaron de un valor nada despreciable en el escenario de la popularidad

18 de marzo de 2023 Por: Vicky Perea García

Los pasos de Tulio Gómez parecen dirigirse cada vez más hacia la cancha política. Hasta hace pocos días, el reconocido empresario caldense dudaba cuál A lo atraía más: su permanencia en la A del América o su salto a la A de la Alcaldía. Y por sus últimas jugadas, todo indica que Tulio quiere otro ‘Ascenso’, esta vez a la principal oficina del CAM.

Como dirigente del fútbol, Tulio Gómez llegó al América casi como un suplente en la banca, al comprar unas pocas acciones, por allá en el 2014. Pero pronto se dio cuenta de que podía ser un jugador profesional desde el escritorio y adquirió más acciones, entre ellas todas las de Oreste Sangiovanni, para quedar con el 53 % de los derechos del equipo. Dos años después ya era el presidente de los Diablos Rojos, uno de los clubes más populares de Colombia y del continente, toda vez que ha jugado cuatro finales de la Copa Libertadores. Golazo de Tulio.

El mayor accionista del América se puso la cinta de capitán y comenzó a timonear un barco que estaba naufragando en alta mar con el riesgo de hundirse para siempre. El equipo estaba en la B cuando Tulio llegó y fue él, con su bolsillo, sus aciertos y sus errores, quien se la jugó por un club del que se hizo hincha desde los 12 años, cuando emigró de las montañas caldenses al calor de Cali y se puso a vender verduras con un tío para ganarse la vida. Y el 27 de noviembre del 2016, Tulio pisó tierra firme, luego de que el América regresara a la primera división del fútbol colombiano. Ese día, el ‘verdulero’, como le llamaban entonces, pasó a la historia como el salvador del Diablo, aquel que fue capaz de rescatarlo de las llamas del infierno.

En adelante, la cancha se le abrió y Tulio aprendió a competir en las grandes ligas, porque desde el ascenso, América ganó dos títulos, regresó a la Copa Libertadores y recuperó una grandeza que había perdido por cuenta de malos manejos administrativos, saqueos a la institución y una crisis espantosa de resultados. Y como si algo faltara, en el entretiempo cambió de frente y le entregó a su hija Marcela el proyecto del equipo femenino, que hoy es uno de los mejores del país con dos títulos, con brillo internacional y jugadoras en las distintas categorías de las selecciones Colombia.

Muchos cuestionan a Tulio, le hacen faltas, le ponen zancadillas, lo tildan de estar en fuera de lugar por ser un “aprendiz” del fútbol, le sacan la tarjeta roja y andan con el VAR detrás de sus movimientos. Otros le agradecen, lo aplauden desde la tribuna y lo ponen al lado de Gabriel Ochoa Uribe como los hombres que partieron la historia del América de Cali en dos momentos distintos de la institución.

El fútbol, dicen algunos, es la vida misma. Se gana y se pierde. Hay alegrías y hay tristezas. Se aprende de los errores. Se potencian las virtudes. Sabrá Dios si la analogía es válida. Lo que sí es cierto, es que a Tulio Gómez el fútbol, y en particular el América, lo dotaron de un valor nada despreciable en el escenario de la popularidad, al punto que hoy es uno de los candidatos, sin oficializar sus aspiraciones, que prácticamente no necesita campaña para sentarse en el CAM. Dicen los analistas, los que saben de la cosa política, que con los votos de los hinchas rojos y los empleados a los que también les tiró un salvavidas cuando se hundía la cadena de mercados La 14, el máximo accionista del América llegaría al poder en el cargo más importante de la ciudad.

No me atrevo a juzgar a Tulio como posible alcalde porque sencillamente nunca ha trabajado en el sector público. Tampoco soy tan folclórico al pensar que si Tulio fue capaz de sacar al América de la B podría también sacar a esta ciudad que tanto nos duele del letargo, la decadencia, el desorden administrativo y la anarquía social en la que se encuentra sumida. De política nada sé. Como ciudadano, siempre voto y siempre pierdo. De fútbol, trato de aprender desde este bello oficio del periodismo. Y entiendo que América apostó y ganó con Tulio.

Mientras suena el pitazo electoral del partido definitivo, el 29 de octubre, Tulio calienta a un lado de la cancha, a la espera de que nada lo inhabilite, afilando los taches contra los ataques que pueden venir de los rivales y agudizando el olfato que suele tener para meter goles en los escenarios más difíciles. ¿Ascenderá el Tulio de la A del América a la A de la Alcaldía? Usted qué piensa.