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De godos, liberales y vices

Hoy los conservadores preservan su denominación si bien se encuentran profundamente divididos entre gobiernistas y antigobiernistas.

28 de marzo de 2017 Por: Carlos Mejía Gómez

1. Conservadores. Hay que reconocer que el conservatismo nunca ha cambiado su denominación. Por breve término se le llamó Partido Social Conservador. Pero eso pasó pronto. Desde 1849, esto es, hace casi 170 años, los godos han sido godos y no otra cosa. El partido se ha partido básicamente por sus caudillos. Pero siempre se denominó conservatismo. Alvaro Gómez, en cierto momento, configuró el Movimiento de Salvación Nacional. Allí se unieron liberales y conservadores en un “acuerdo sobre lo fundamental” a fin de atacar “el régimen” decaído y corrupto. Pero luego unos y otros volvieron a sus viejas toldas, especialmente a raíz de la Constituyente que dividió honores entre conservadores, liberales y M-19.

Hoy los conservadores preservan su denominación si bien se encuentran profundamente divididos entre gobiernistas y antigobiernistas.

2. Cómo pintamos. Pinta mal nuestro partido para las elecciones del 2018. Tenemos unos votos regados por los territorios, es cierto. Pero carecemos de una orientación nacional clara. Nos autodenominamos la fuerza que decide, que determina al ganador. Pero hemos perdido la vocación, la claridad y el coraje que nos permita aspirar al poder. En las próximas elecciones, ¿a quién nos uniremos para conservar unos cuantos puestos? Tendremos, sin duda, una considerable pero desgranada presencia en el Congreso. Pero no sabemos para qué ni para quién. Nos salva algo: quedan por ahí unos principios y valores que les sirven a toda la nación desde la centro-derecha. Esto contrarresta en algo los movimientos de izquierda hoy aún más divididos y desorientados.

3. Los liberales. Los goditos, pues, seguimos llamándonos godos. Eso es algo. Los liberales, en cambio, parecen aburridos con su denominación. Poco a poco comenzaron a escindirse entre varias facciones indefinibles. A los rojos de antaño hoy los vemos como liberales, como de Cambio Radical, como de la U. Y se encuentran pegados (mal pegados) en el movimiento gobiernista de Unidad Nacional. Se trata de una amalgama puramente burocrática sin identidad alguna, más bien con grandes enfrentamientos. Esto aparecerá más claro con el correr de los días hacia las próximas elecciones. Ya los liberales tienen varios precandidatos. Cambio Radical cuenta con espirante propio. Y la ¿U? ¿Qué es ahora la U si fue fundada con la inicial de nadie menos que de Uribe, su principal adversario de hoy?

4. Los vices. Hasta hace unas semanas se perfilaban como los candidatos para la segunda vuelta los exvicepresidentes Humberto de la Calle y Germán Vargas Lleras. Los dos son de estirpe liberal. Eran las cartas fijas. Pero se han derrumbado en las encuestas. De la Calle fue héroe cuando renunció a la vicepresidencia con Samper. Fue héroe para otros como cerebro del acuerdo de paz. Pero hoy no se sabe bien quienes lo quieren y quienes lo detestan. Vargas fue héroe de la vivienda y de la infraestructura. Con el Presidente, actuó regular, gracias. Los liberales lo odian. Y no se sabe con quién hará pareja. Los dos vices están enfrentados en forma agria. Sin embargo (y que me perdonen las encuestas) creo que serán cartas decisivas en pocos meses. Pero no se puede decir nada en estos momentos de tanta incertidumbre.