Con Duque luz, con sombras Petro
Luz. Se aclaró el panorama con la diáfana elección de Iván Duque. Con Duque todo se aprecia claro, transparente, alegre, sonriente. Sus palabras son unión para el país, no más divisiones, una nación con todos y para todos. Agregó que hay honor y humildad, hay que pasar la página de la polarización, de los agravios. Agregó que no tiene, ni tendrá odio contra nadie. No utilizará espejo retrovisor. Textualmente expresó que “no hará trizas” el acuerdo de paz sino que propondrá ajustes en beneficio de las víctimas a fin de que haya verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición. Agregó que cualquier actuación en la materia estará sujeta a la Constitución y la Ley. Del mismo modo insistió en que no tiene interés alguno en acumular atribuciones pues trata en sus libros de la importancia de mantener la separación de poderes y funciones.
Sonrisas y alegría. De otra parte, a Duque basta verlo. Siempre sonriente, alegre, con el alma abierta, sin resquemores, resentimientos o deseos de venganza. Pasa por alto las ofensas y agravios. “A los agravios, propuestas; a las ofensas tesis conceptuales”.
“Duque es el que es”. Por ende no es títere de nadie. Tiene criterio y carácter para proponer sus tesis y sustentarlas con toda seriedad y rigor. Esto no significa que no tenga amigos, y muchos. De allí los votos por 10.373.000. Se trata de la mayor cantidad de votos en la historia nacional. Allí, por supuesto, existen todos los criterios imaginables.
Senado. Por haber sido el congresista más votado le correspondería la Presidencia del Senado a Álvaro Uribe. Pero seguramente el expresidente declinará tal honor a fin de no dar la sensación de encabezar el legislativo estando Duque al mando del ejecutivo.
Personalmente considero que así debe ser para no torear avisperos. Ya con las mayorías en el Congreso es suficiente para apoyar las iniciativas presidenciales.
Sombras. En contraste aparece la figura de Petro, lleno de sombras. Basta observar su gesto adusto, su ira incontenida, su dolor en un alma sin reposo. Luego de la derrota en primera vuelta fue bien aconsejado y le bajó dosis al veneno. Esto le sirvió para recoger más adiciones y para subir a más de ocho millones en la segunda vuelta. Pero una vez superado por Duque se volvió a quitar la máscara . Mientras Duque predica la unión de todos con humildad y afecto, Petro vuelve a cargar contra todo y contra todos. Él tiene la idea fija de estimular la lucha de clases y el deseo de expropiar al estilo chavista.
Esperemos que su altivez y arrogancia bajen de tono cuando asuma su condición de jefe de la oposición. Oposiciones hay de muchas clases y en muchos grados. Tiene derecho a senador pero esa tribuna no debe convertirse en un hervidero. Tiene derecho a criticar pero a él mismo no le conviene tratar de ‘acabar con todo’. Tiene derecho a postularse para el próximo período pero con una actitud amable y seria sin destilar el odio que la gente ya no resiste por más tiempo. Así sea. El odio y el resentimiento deben desaparecer para el resto de nuestras vidas. Con Petro no esperamos una madre de la caridad pero sí un padre de la patria.