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Meterle reformas y leyes a la corrupción, la violencia y el abuso infantil es como perfumar un bollo.

28 de octubre de 2018 Por: Carlos Duque

“La ética no tiene nada que ver con el Derecho”, ni el canto con la música.
Amanecer llenos de optimismo y energía y darse una buena ducha mientras dejamos salir ese Abelardo De la Espriella que todos llevamos dentro.

Mientras unos cantamos en la ducha, Abelardo se da su baño de popularidad.

Meterle reformas y leyes a la corrupción, la violencia y el abuso infantil es como perfumar un bollo.

Los colados son degeneración Transmilennial.

Millones de estudiantes se movilizan en todo el país para exigir cobertura y calidad para educación pública superior y 30 rectores negocian el contentillo. Mensaje a los estudiantes: ¡estudien vagos!

Uhmm..., qué susto toda la porquería que se esconde debajo de esa alfombra que llamamos Seguridad Nacional.

Realidad es todo el racismo, homofobia, violencia y pobreza que azota a Brasil mientras sus ciudadanos eligen a Bolsonaro.

Lo más triste es que si las elecciones brasileñas fueran aquí también barrería Bolsonaro.

Llegar al gobierno y al Congreso para inventar reformas y leyes que no son más que pretenciosos render de una realidad que no podemos domesticar.

Twitter: The Game of Trolls.

Dime de qué te quieres disfrazar y te diré quién eres.

La sonrisa seguirá siendo el disfraz perfecto; nunca podrán adivinar en realidad quién eres.

A una mujer bonita le queda mucho más fácil conseguir, obvio.

Sigue en Twitter @_carlosduque