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Se busca flautista

Es indiscutible que el Valle del Cauca es una empresa con grandes...

22 de junio de 2012 Por: Carlina Toledo Patterson

Es indiscutible que el Valle del Cauca es una empresa con grandes fortalezas en comparación a otros departamentos en términos de prosperidad y competitividad: tenemos el 10,2% del PIB nacional y el 12,7% del manufacturero nacional, estamos divinamente bien ubicados, tenemos un estándar aceptable de conectividad y de servicios públicos, instituciones educativas de alto nivel y en general el sector empresarial se siente cómodo aquí porque nuestra economía es favorable. No obstante, existen unas debilidades flagrantes y se refieren principalmente a la calidad de vida de quienes habitamos en la región. Deben ejecutarse acciones contundentes en términos de reducción de desigualdad, de calidad en educación, de lograr satisfacer necesidades básicas y en generación de empleo. Además de la premura de enfocarnos en la debilidades descritas, un grupo encabezado por la Cámara de Comercio de Cali ha identificado dos frentes de acción fundamentales para el Valle a futuro: fortalecer las apuestas productivas y acelerar la ejecución de obras, y fortalecer la institucionalidad.Ese es el panorama al cual se enfrentan los tres candidatos a gerente de esta empresa que es nuestro Valle del Cauca: Francined Cano, Ubeimar Delgado y Carlos González. Y nosotros, los electores nos vemos enfrentados a la decisión de por cuál de los tres depositar nuestro voto en las urnas el próximo 1 de julio. A quienes creemos en la democracia nos han enseñado la importancia de ejercer nuestra ciudadanía en las elecciones, de buscar representatividad, de generar participación. Sin embargo al mismo tiempo nos han enseñado desde pequeños a obrar acorde con nuestros principios e ideales, siempre con un alto sentido de la ética y la moral. En ese orden de ideas, sé que debo votar, pero hacerlo en esta ocasión por uno u otro candidato, por el simple hecho de ejercer mi ciudadanía va en contra de todos mis principios. Soy incapaz de salir a votar por el menos peor y frente al abanico de posibilidades que hay, eso es lo que terminaría haciendo, porque ninguno de los tres está en capacidad de administrar adecuadamente esta gran empresa.De manera que aunque para algunos sectores votar por un candidato es la única manera de poner en marcha las acciones necesarias para la región y romper con las viejas maneras de hacer política, yo creo lo contrario. Es perpetuar el continuismo, es darle paso a las oscuras maquinarias que como dice Antonio De Roux han enquistado en el Valle “ineptitud, desgreño y falta de visión estratégica”.Tengo la plena certeza de que mi deber es votar y lo haré por principio, en blanco. Con la esperanza de que con ello logre contribuir a construir un pizarrón nuevo, una oportunidad para que surjan opciones de peso cuyas credenciales como administradores de gente y de estrategias sean comprobadas y que con sus propuestas logre de verdad conectar y seducir a quienes hemos caído en el limbo del sinsabor y la decepción con el liderazgo de la región. Esperaría que con un contundente caudal de votos en blanco, se dé paso a la búsqueda a conciencia de un líder que como un buen flautista de Hamelin enamore con su música. Que tenga la visión estratégica y gerencial que requerimos, valentía para enfrentarse a las maquinarias, sensibilidad humana para priorizar y crear empatía. Quiero quien nos motive a trabajar como un conjunto por esta que ahora llamamos Tierra de paz y Mar de oportunidades.