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La leche de vacas café

Hace unos días después de almorzar hicimos una encuesta exprés entre los seis miembros de la familia. El reto era dar el nombre de un tubérculo.

22 de junio de 2017 Por: Carlina Toledo Patterson

Hace unos días después de almorzar hicimos una encuesta exprés entre los seis miembros de la familia. El reto era dar el nombre de un tubérculo. Tres dieron el nombre acertado de tres tubérculos diferentes, tres no. Digamos que se las pusimos difícil y hemos podido preguntarles por ejemplo: ¿De dónde proviene la leche achocolatada? De hecho lo hicimos. Los seis acertamos, no sin que antes nos riéramos por semejante pregunta tan ridícula.

La misma pregunta se hizo en abril en Estados Unidos a mil personas mayores de 18 años. Fue una encuesta virtual financiada por el Centro de Innovación de Lácteos y 7% de los encuestados contestaron que la leche achocolatada proviene de vacas color café. Estiman que si eso se proyecta a la población estadounidense, serían por lo menos 16,4 millones de personas que no saben que la leche achocolatada sale de mezclar leche con cacao y azúcar.

En estudios similares que se han llevado a cabo entre niños de primaria en EE.UU., 4 de cada 10 no saben que las hamburguesas son carne de res, que la lechuga es una planta y 3 de cada 10 no saben que el queso se hace de leche. También fue identificado el jugo de naranja como la ‘fruta’ de predilección y entre las ‘verduras’ la papa frita es la ganadora.

Seguramente estarán pensando pues claro, es que los gringos son medio brutos y no saben ni dónde queda Colombia y hasta le dicen Columbia, pero pueda que no estemos tan, tan lejos de que eso nos suceda aquí. En 1985 el 65,3% de la población en Colombia vivía en zonas rurales, actualmente es sólo el 26% y claramente el analfabetismo agrícola tiene gran parte de sus orígenes en un desconecte del campo y también en el hecho de que en las aulas poco se habla del agro y de su impacto en nuestra vida diaria.

La urbanización nos ha alejado de los centros de producción de comida y por eso muchos no saben dónde ni cómo se siembra la comida que nos llega y menos cómo se cosecha, se procesa, se empaca y se transporta. Toda esa cadena de suministro que comienza en la tierra, es una gran incógnita en el mundo de muchos y evidentemente es grave en el panorama de un país que ha visto el potencial del agro como motor de desarrollo, que se precia de poder ser ‘la despensa del mundo’ y que ha identificado el regreso a la tierra de excombatientes como un factor clave del posconflicto.

Aunque el tema de la leche achocolatada nos parezca ajeno, el tener ya una generación de colombianos alejados de la tierra es un campanazo de alerta, pero todavía hay tiempo de reparar esa brecha.

En 1991 un estudio en EE.UU. recomendó integrar la educación agrícola en el pensum de primaria y secundaria, hacer campañas masivas de alfabetización agrícola en medios (sobre todo en áreas urbanas), crear un centro para alfabetización agrícola que coordine, monitoree y evalúe los esfuerzos a nivel nacional y que haya un decidido apoyo a los docentes que se dediquen al tema. Se demoraron un poco, pero ya desde hace un par de años existe el programa Farm to School el cual está muy bien estructurado en términos de su propósito, los materiales didácticos, las actividades y sobre todo por la manera como se ha propuesto interesar y comprometer a los estudiantes. (Ver en: www.agclasroom.org)

Ojalá se definiera como prioritaria esta alfabetización agrícola, porque así no le fallamos al bienestar de generaciones futuras y tampoco al desarrollo de un sector clave para el futuro de Colombia. También tendremos claro que las vacas café producen leche blanca.

Sigue en Twitter @CarlinaToledoP