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Atropellos

A pocos les importa los constantes atropellos contra el espacio urbano público...

5 de julio de 2012 Por: Benjamin Barney Caldas

A pocos les importa los constantes atropellos contra el espacio urbano público de Cali. Ni que su inseguridad, incomodidad y feúra sean debidas en primer lugar a su ‘privatización’. Desde entidades oficiales y privadas, de las que se esperaría el buen ejemplo, hasta simples particulares, se sienten con el ‘derecho’ a ocupar andenes y antejardines, alterándolos sin permiso, para sus ‘Parqueaderos Privados’ y con ‘Seguridad Privada’ para imponer sus ‘Normas Privadas’ e incluso amenazan con la Policía; es decir, los pájaros tirándole a las escopetas.No sólo es un peligroso atropello contra los peatones, que se ven obligados a circular por las calzadas, pero que al parecer poco les incomoda, pues no protestan, sino que afea sin remedio los edificios y calles de la ciudad, lo que lamentablemente poco importa aquí y es muy diciente de la carencia de cultura urbana de los caleños, incluyendo los alcaldes ‘menos malos’ e incluso ciegos del todo que ha soportado la ciudad en las últimas décadas, para no hablar de sus concejales, cuya falta de formación y conocimientos al respecto es vergonzosa.Igualmente es un atropello construir incumpliendo las normas, lo que aquí es de todos los días, como informó El País hace poco, incluyendo el cambio de usos, y muchos se sienten con el derecho a reformar sus propiedades, además de sus andenes y antejardines, como se les da la gana. Y ni hablar del atropello de la propaganda exterior y sus enormes y grotescas vallas. Todo esto por supuesto es un ultraje contra los caleños que año tras año (no) ven cómo ‘su mejor vividero del mundo’ es cada vez más feo, ruidoso, incómodo e inseguro.Pero no se vislumbra ninguna intención de recuperar el espacio urbano público de la ciudad; sólo ‘ideas’ grandilocuentes, ignorantes o simplemente tontas, pues lo pertinente, concreto y sencillo no convence. ¿Por qué no se para toda construcción, reforma, alteración o demolición, de cualquier edificio, que incumpla las normas? ¿Por qué no se inmovilizan los carros subidos a cualquier andén o antejardín? ¿Por qué no se cierra todo local sin permiso? ¿Por qué no se impiden las invasiones? Desde luego falta autoridad y medios para ejercerla.Sin embargo, primero tendrían que lograrse planes urbano arquitectónicos permanentes y que tengan garantizada su prolongación en el tiempo, para lo cual se deben dejar claros y expeditos los procedimientos para las actualizaciones y modificaciones que sean pertinentes. Y no como pasa en Cali, en donde desde que existen sus ingenuos planes urbanos, ninguno, además de que no se han cumplido, tampoco se ha actualizado, sino que se los sustituye periódicamente por  otros de acuerdo con intereses privados y presiones de cada momento.Las normas deben ser pocas, contundentes y claras, y parte de la cultura, como lo eran en las ciudades coloniales, igual que la urbanidad. Habría que comenzar por volver de interés de la gente todo lo urbano para poder obligar al cumplimiento de las normas, o se seguirán privatizando andenes y antejardines, alterando fachadas y haciendo ruido en establecimientos sin permiso, atropellados por la irresponsabilidad inaudita de la mayoría histórica de los que ni siquiera votan: 81% el domingo pasado, lo que deslegitima cualquier elección.

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