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Mucho que piden y nada que dan

Revisando entrevistas sobre la paz a diversos personajes en distintas épocas, encontré...

11 de agosto de 2013 Por: Antonio José Caballero

Revisando entrevistas sobre la paz a diversos personajes en distintas épocas, encontré una que me respondió el comandante Fidel Castro en La Habana, quien ya ha sido anfitrión de varios intentos fallidos. Y no sé, pero creo que seguimos anclados a no ser que una cosa sea la algarabía de afuera en cada llegada diaria de las Farc, y otra lo que se permite discutir sobre la mesa adentro de acuerdo a lo firmado en el documento inicial.El ruido tapa los canales de entendimiento y de diálogo. Por eso aquella vez el presidente cubano se negó a hacer declaración alguna sobre la paz de Colombia. Dijo y recomendó: “En este momento, complejo y delicado, cualquier error, una sola palabra mal dicha o mal entendida se puede interpretar negativamente. Casi que anula la posibilidad que se busca. Ustedes viven una aguda batalla política y por eso, tiempo al tiempo y a esperar que los ánimos se aquieten”.Parece que fue ayer, pero está sucediendo hoy con mucho paracaidista que quiere ser protagonista. Están de moda la vehemencia que atizan las elecciones vecinas, las peleas tribales entre presidente y exvicepresidente, el sirirí twitero del expresidente y los malos manejos civiles y militares de las protestas sociales que terminan siempre en los mismo: dialogando después de la sangre y la destrucción sobre las promesas incumplidas y los temas agregados por la ausencia de Estado que se habrían podido solucionar 60 días antes o muchos años atrás si los gobiernos hubieran sido serios con el pueblo.Y las arengas y peticiones de las Farc en Cuba que a diario aumentan la lista del mercado pero nunca mandan algo para ayudar a pagarlo. Ya pidieron curules y dijeron que si hay paz será sin entrega de armas; quieren ser la fuerza pública del Estado, proponen acabar con la Cámara de Representantes, no les gusta el marco jurídico para la paz y advierten que no aceptarán un solo día de cárcel. Por supuesto, eso enerva la opinión pública que ellos dicen que los quiere mucho, y crea más escepticismo entre los colombianos de a pie que se preguntan cuándo carajo vamos a conocer la verdad sobre los secuestrados que mataron o se les murieron en la montaña colombiana y de aquellos que tienen vivos. ¿O es que porque los muertos no hablan los vivos no pueden reclamar su verdad? ¿Acaso los que reclaman terminan en la fosa común que los secuestradores pretenden cavar en la montaña del olvido?Agregaba Fidel aquella noche: “El futuro es largo y recomiendo meditación, talento y paciencia”. Claro que todo tiene sus límites humanos. Sobre todo cuando se pide tanto y no se ofrece ni lo mínimo a cambio.P.D.: Ahora que parece que el ELN quiere intentar una vez más un diálogo, ojalá repasen el tiempo perdido para avanzar más rápido. Algunos de esos intentos tuvieron hasta documento listo para firmar antes de terminar en pedazos. ¿O no, ‘Antonio García’, ‘Gabino’ y compañía? No queremos llegar a esa madrugada cuando el propio Fidel llamó al presidente de turno para felicitarlo por un acuerdo que se despedazó en la mitad de la mañana. Ni tampoco a la pelotera en las instalaciones del hotel El Palco con el comisionado fugitivo Luis Carlos Restrepo que rompió la última esperanza con ustedes, por ahora.