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Las peleas de la Cumbre

Esta es la sexta cita continental que debo cubrir. Y puedo decir...

15 de abril de 2012 Por: Antonio José Caballero

Esta es la sexta cita continental que debo cubrir. Y puedo decir que los 34 presidentes que asistieron a la Heroica dieron las mismas respuestas de los primeros en Miami para la gente pobre de América. Y que sigue mostrando las realidades sociales sólo en las reuniones de bajo perfil con dirigentes campesinos, indígenas y negros.Para empezar, la nueva pelea del expresidente Uribe con el presidente Santos. El viernes salió con la vara en la mano a decir que la Cumbre se había podido hacer con menos derroche, y que era un agravio para un país pobre como el nuestro.Siguió su diatriba diciendo que el presidente Santos se había salido del programa para el cual lo eligió el pueblo colombiano, y que había mediocridad en la seguridad, en la inversión y en la parte social. Obvio, destacó su esfuerzo de los ocho años en los mismos renglones. Y resumió diciendo: “A mí me preocupa más la seguridad de los colombianos que la celebridad del Presidente”. Ruptura total pues con su alumno aventajado en la Presidencia, a quien no parecen preocupar los trinos de su antecesor, que cada vez con más rabia demuestra su frustración de no seguir siendo él quien lidere a los colombianos que ya no quieren más peleas y más muertos y más luchas que no nos llevan a nada. No entendió que se le acabaron los ocho años. Que esto quiere cambios y se van dando poco a poco. Dice que protesta y critica todo como simple ciudadano; pero no puede obviar su papel de expresidente. Al parecer, este país sigue haciendo caso a estos señores que adoran el poder, sobretodo cuando dejan de tenerlo. No fue oportuna esta salida ingrata. No es bueno lavar la ropa sucia cuando hay visita en casa.Hablemos de la Cumbre: 34 contra 32. Ese puede ser el marcador en las peleas que se veían venir sobre Cuba y Las Malvinas. Lo de nunca acabar y lo de siempre esperar. Y claro, nada resuelto porque esto no es cuestión de cumbres. Aquí hay unas reglas para participar y hasta que Cuba no se acomode pues seguirá fuera de estas reuniones sociales.Y en cuanto a Malvinas, habría que comenzar por lo que responden los habitantes de estas islas del sur del Atlántico: “Queremos seguir siendo británicos”. Eso se llama autodeterminación de los pueblos.Lamentable el papel de la OEA. El secretario José Miguel Insulza pasó sin pena ni gloria. Y este organismo continental arcaico demuestra su inutilidad para enfrentar los conflictos de la región.Eso sí, mucha artesanía en la Cumbre, cenas lujosas, 20 mil policías y militares cuidando a los mandatarios que deben estar contentos. Superventa de guayaberas de fino lino irlandés y el mejor diseño colombiano. Vanessa Gómez, la mejor, entregó 2.000 para las delegaciones y diseñó una para Obama con ‘sky blue’, el color de moda. Y una roja rojita para Chávez, quien a propósito, está golpeado por el cáncer contra el que pelea.En fin, vamos para la séptima y nada que se aclara el panorama de las drogas. Sólo supimos que el Plan Colombia y similares en otros países no han servido y los narcos siguen mejor que antes, ahora con ‘países bodega’ como los centroamericanos que sirven de puente entre los productores y los consumidores. Mientras, el contrabando de armas, de cocaína y heroína, así como la trata de personas y ‘la compra de voluntades’ nos agobian. Y los gobernantes miran para otra parte.