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La cultura y la Bienal

En su delicioso escrito de los viernes, que combina gastronomía, inteligencia y...

9 de septiembre de 2013 Por: Antonio de Roux

En su delicioso escrito de los viernes, que combina gastronomía, inteligencia y cultura, Soffy Arboleda mencionó una reunión de columnistas de este periódico con la ministra Mariana Garcés. El evento fue posible gracias al auspicio brindado por el Hotel Spiwak y su propietario.La ocasión mencionada sirvió para presentar la 1 Bienal de Danza de Cali, a realizarse entre el 5 y el 11 del próximo mes de noviembre. Se trata de una propuesta que todos debemos apoyar, surgida de los impulsos convergentes del Ministerio de Cultura, la Alcaldía de Cali y Proartes, entidad dirigida por ese huracán de amor a Cali que es Amparo Sinisterra. Aunque en la actual oportunidad no se registra la participación de Incolbalet, sería deseable que esa admirada institución opte por vincularse a las próximas ediciones.Escuchando a Mariana Garcés queda claro el acierto del Presidente al designarla en el gabinete ministerial. Ella lleva la vocación de servicio público en la sangre. Para usar una certera frase de Hernando Guerrero Torres en relación con otro ilustre vallecaucano, Mariana sabe que su apellido es un mandato. Esto sin contar con su espíritu pragmático, el trato descomplicado y una gran capacidad organizativa. No tengo duda de que si perfiles como el de esta caleña se hubiesen generalizado en el alto gobierno, otra sería la suerte de la administración Santos y la de su eventual reelección.Mariana tiene en su haber innumerables realizaciones. No solamente logró multiplicar los recursos destinados a la cultura, sino que obtuvo la aprobación de disposiciones esenciales en este campo. Tal es el caso de la Ley del Cine, la del Patrimonio Sumergido y la del Espectáculo.La última de las normas mencionadas se orienta a regular y fomentar la industria de las artes escénicas. En este propósito crea una ventanilla única en las capitales de departamento para facilitar los trámites; establece estímulos fiscales a quienes inviertan en los escenarios; elimina el IVA para las actividades escénicas y dispone la aplicación de una contribución del 10% sobre los ingresos de cada función. Esta suma es retornable al municipio donde se produjo el recaudo.El mecanismo ha significado reembolsos del Ministerio de Cultura a Medellín por $5.000 millones y a Valledupar por $800 millones, mientras a Cali le han llegado menos de $600 millones. Conviene entonces preguntarse sobre la estrategia en materia de presentaciones aplicada por nuestra ciudad, y la razón por la cual los grandes espectáculos y artistas internacionales no pasan por aquí, dejándose de generar oportunidades y empleo. ¿Será que nuestra Secretaría de Cultura debe asumir una actitud más empresarial para implementar la ventanilla única y derrotar las prácticas de la gratuidad y del ‘cachete’, que interfieren la sostenibilidad de las artes en general?La cultura para permanecer en el tiempo requiere el concurso del Estado, de los ciudadanos y del sector productivo. En esta parte, pena da decirlo, nos falta mucho. Si no fuera por el aporte continuado de las organizaciones antioqueñas, en Cali no tendríamos orquesta filarmónica, ni festivales y flaquearían otras expresiones artísticas. Solo un pequeño puñado de personas y empresas como Carvajal S.A. con su contribución generosa a la Manzana del Saber, se salvan de este reparo.