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El malquerido

Angelino está bajo fuego por cuenta de sus recientes actuaciones. Lo tildan...

28 de febrero de 2011 Por: Antonio de Roux

Angelino está bajo fuego por cuenta de sus recientes actuaciones. Lo tildan de entrometido y abusivo. Luis Carlos Villegas lo comparó con el freno de mano, esa tranca tosca que bien sirve para detener un Renault 4 o parar una tracto mula. Se lo acusa también de usurpar funciones y ser zancadillero, de salirle adelante a los ministros sirviéndose de sus méritos. Más aún, algunos lo denuncian por romper el orden institucional y ser desestabilizador. Son muchos los que añoran la discreción, para no hablar del mutismo, exhibido por Gustavo Bell. Mi opinión en esta materia es diferente. Si Angelino no hubiese estado a bordo del gobierno Santos, asumiendo las actitudes que ahora le critican, habríamos tenido desencuentros y falta de avance en aspectos cruciales de la agenda oficial. Angelino fue el primero en presionar una revisión del salario mínimo inicialmente decretado. Sus argumentos eran de peso, aludían a la equidad y la justicia social, a la necesidad de tonificar el consumo. Y es que el magro aumento determinado al principio era impresentable, ni siquiera tomaba en cuenta el crecimiento del costo de vida en el período anterior.El Vicepresidente se anotó otro éxito al detener la reforma pensional. Debo decir que ese ajuste es necesario para la continuidad del sistema, el comportamiento demográfico exige que quienes vayan entrando coticen por unos años más. Pero disposiciones de tal calibre deben expresar el consenso ciudadano. Es incomprensible que la reforma careciera de un trámite propio y viniese disimulada en el proyecto de Ley del Plan de Desarrollo, una normatividad de carácter transitorio que, según importantes juristas, no puede modificar ni suplantar a la legislación común.En cuanto a los TLC con Estados Unidos y la Comunidad Europea, y gústele a quien le guste, Angelino es nuestra carta mejor. Ciertas ONG y ciertos sindicatos locales han envalentonado a sus similares de aquellos países, montando una guerra sucia contra Colombia. El ex gobernador es el único compatriota con la respetabilidad y el ascendiente ante los gobiernos extranjeros y los organismos internacionales para desenmascarar la patraña. Ahora bien, la conducta de Garzón con respecto a la política vallecaucana merece mención especial. El doctor Uribe nos devolvió la viabilidad como nación al poner a raya una guerrilla delirante y sanguinaria, al crear condiciones para el desenvolvimiento de los negocios. Pero el mandatario fue indiferente ante la creciente degradación de la política regional, y no le vimos un gesto tendiente a renovar los actores o las prácticas. En este sentido no le cumplió al Valle. Hacia el final de su mandato los despojos del Departamento eran disputados entre el PIN, los sectores más controvertidos del conservatismo y de la U, los sucesores de Convergencia Ciudadana, ADN y el Movimiento Popular Unido. Esa actitud de la administración central solo vino a cambiar con la llegada de Juan Manuel Santos, quien en un mensaje de alto valor simbólico, proclamó su repudio a toda alianza con el PIN. Angelino con su apoyo irrestricto al gobernador Lourido ha hecho posible esa nueva perspectiva. Tenemos ahora un gobierno departamental decente, empeñado en desmontar la herencia siniestra de las componendas, las maturrangas y las vigencias futuras.