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Cali: vergüenza y esperanza

La inauguración del nuevo Contralor arroja dudas sobre su determinación para defender el patrimonio distrital.

5 de diciembre de 2021 Por: Vicky Perea García

Al igual que muchos caleños sentí vergüenza ajena al conocer que el nuevo contralor de Cali, Pedro Antonio Ordóñez, se inauguró con un discurso en el cual saludaba efusivamente al exgobernador Juan Carlos Abadía, afirmando sin fundamento alguno que tal personaje es muy querido por los habitantes de esta región.

El problema, como se ha mencionado profusamente en estos días, es que ese exgobernador tan querido y admirado por el contralor Ordóñez tuvo un mandato rodeado de sobresaltos y escándalos, los cuales determinaron su destitución y su inhabilitación para ejercer cargos públicos por varios años.

Uno de los casos más sonados entre aquellos que lo vincularon fue el del
trámite y suscripción de contratos para la práctica de cirugías bariátricas, sin cumplir el procedimiento y requisitos establecidos en el Estatuto de Contratación. Surge entonces una pregunta ineludible: ¿Cómo es posible que el nuevo Contralor Distrital, a quien por ley corresponde garantizar la aplicación de los procedimientos establecidos, tenga por amistad cercana y considere paradigma precisamente al exfuncionario que fue encausado por violar tales trámites?

El verdadero responsable de esta afrenta a los caleños es el Concejo distrital cuyas mayorías habrían caído en la tentación de obtener parte de la cuota burocrática que recompensa a quienes ayudan a elegir a los jefes de las entidades de control. Concejales como Roberto Rodríguez, Fernando Tamayo y Juan Martín Bravo, autoproclamados defensores de la moral pública, con frecuencia acogidos por los medios ciudadanos como este diario, tienen que explicar su decepcionante proceder.

Pero hubo cuatro ediles quienes salvaron el honor de la corporación y se negaron a votar por el flamante candidato a contralor. Me refiero a Roberto Ortiz, Terry Hurtado, Diana Carolina Rojas y Ana Erazo. Estos concejales con seguridad estudiaron a fondo los antecedentes, vínculos y estilo de gestión del candidato Ordóñez.

Pueda ser que la conducta de los diez y siete concejales restantes, que según parece consiste en emitir su voto sin información suficiente y sin el debido sustento, no se repita con ‘Calinteligente SAS’. Esta es una sociedad cuya creación hace trámite en el cabildo, y que permitiría al gobierno distrital ampliar sustancialmente la contratación sin licitaciones ni controles con la figura de convenios interadministrativos.

La inauguración del nuevo Contralor arroja dudas sobre su determinación para defender el patrimonio distrital. Hablamos de un asunto determinante para la ciudad porque según la Unidad de Acción Vallecaucana solamente el 13% de la contratación del Distrito se hace por licitación pública, mientras que el 70% restante se efectúa de manera directa, sin procesos concursales ni garantías que aseguren las mejores condiciones y la transparencia.
En este panorama caleño de las malas costumbres contractuales hay sin embargo, razones para la esperanza. Las organizaciones gremiales, y ciudadanas vienen dando pasos hacia la creación de un mecanismo dedicado al seguimiento y control de la contratación oficial, de manera que se haga posible asegurar las mejores prácticas en la materia.

Bien por esta idea. Sea claro que aunque la Administración distrital, el Concejo de la ciudad y las entidades de control fallen, los ciudadanos jamás tragarán entero.

Sigue en Twitter @antoderoux