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El amor en los años del virus

Entre las muchas especulaciones y opiniones algunas optimistas, otras pesimistas de cómo será el mundo después del coronavirus, hay un tema que pocos tocan.

26 de marzo de 2020 Por: Angela Cuevas de Dolmetsch

Entre las muchas especulaciones y opiniones algunas optimistas, otras pesimistas de cómo será el mundo después del coronavirus, hay un tema que pocos tocan y es cómo serán las relaciones sexuales en un mundo en que hombres y mujeres deben estar a metros de distancia, pues hay quienes opinan que esto va para largo y que para no colapsar la economía los seres humanos van a tener que adoptar costumbres diferentes o un nuevo contrato social.

Lavarse las manos a menudo, no abrazarse ni besarse, conversar a varios metros de distancia preferiblemente por chat. Las salas de acariciamiento que divulgó mi sobrina danesa y que fueron adoptadas con mucho éxito en Copenhague no podrán existir más, serán remplazadas por masturbatorios virtuales para que aquellos que se consideran adictos sexuales puedan satisfacer sus necesidades eróticas.

Las trabajadoras sexuales que ya deben estar confinadas a sus casas con sus hijos y padres lejos del yugo de los proxenetas dejarán de existir y serán reemplazadas por Emma, la robot que nunca lleva la contraria, hace exactamente lo que él dice y que está programada para tener múltiples orgasmos, vale 3300 dólares pero como no hay que darle de comer ni comprarle ropa cara, ni llevarla de viaje, ni sostener a la mamá, la hermana ni mandar a la universidad al hermano menor sale relativamente barata.

También hay un robot masculino llamado Henry al que no hay que hacerle de comer, ni lavarle la ropa, no le dan celos, no toma trago, no se gasta la quincena en otras mujeres y más importante, no ejerce violencia intrafamiliar o sea que este flagelo que pareciera otro virus se acabará con las costumbres de estar por lo menos dos metros alejado de la pareja.

Por otro lado, Los hombres se tendrán que hacer a la idea que así como en algunos mamíferos, las relaciones sexuales solo se deben dar cuando la hembra esté en calor y los acepte y con el único fin de procrear, naturalmente siempre con la compañera de toda la vida pues las relaciones extramatrimoniales no serán posibles ya que serían un alto riesgo de contaminación, o sea que los que sueñan que después de la epidemia volverán con su amiguita de 15, que se bajen de la nube pues eso no será posible.

Así se acabarán los embarazos en adolescentes, las violaciones y los feminicidios. Los hijos no deseados, las madres cabeza de familia levantando solas los ciudadanos del futuro. Cada niño tendrá padre y madre seguramente en casa pues el teletrabajo será más una norma que una excepción.

Propongo este nuevo contrato social para una sociedad post 2020 que esté más de acuerdo con las nuevas normas higiénicas que seguramente empezaran a regir después de esta pandemia mundial.

Sigue en Twitter @Atadol