El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Artículo

Sistema electoral legítimo

Colombia va a avanzar notablemente si se propone cambios de fondo sin traumatismos y razonables.

8 de noviembre de 2022 Por: Álvaro Guzmán Barney

El desconocimiento de Donald Trump de los resultados electorales de la campaña presidencial, en el que se supone uno de los sistemas democráticos más consolidados del mundo, es realmente preocupante, máxime cuando ese desconocimiento aparece también en otras naciones de América Latina. Recientemente, Lula ganó las elecciones en Brasil, con una ventaja reducida, de 1,8% del total de la votación. El candidato Bolsonaro no ha reconocido su triunfo, aunque ha llamado a respetar la Constitución, lo que significa un visto bueno, así sea indirecto, a la transición en el gobierno.

En Colombia hubo fuertes dudas sobre el papel de la Registraduría en la primera vuelta, no así en la segunda en la que Petro ganó por un margen reducido, pero significativo que el contendor no cuestionó. Lo mismo sucedió en Chile. El problema de fondo en cualquier democracia, es que se requiere un sistema electoral legítimo, es decir con credibilidad pública, independientemente de los resultados de la contienda. Pero el problema político central es que los resultados muestran sociedades profundamente polarizadas y divididas. El sistema democrático avanza en la medida en que se acogen los resultados electorales, pero tiene retos ante la polarización de la sociedad. El mensaje para los gobiernos es complejo ya que se debe gobernar para todos, en medio de una fuerte polarización que no es clara en su origen. Tiene que ver con opciones distintas de desarrollo de la sociedad capitalista, fuertemente ideologizadas por las redes sociales y el mundo de las estigmatizaciones totalitarias.

Sin ser exhaustivo en la clasificación, parecería que hay un movimiento hacia la izquierda en el continente que cuestiona las consecuencias del desarrollo capitalista de mercado a secas. Pero hay dos tipos muy distintos de desarrollo a la izquierda: a) una versión autoritaria y dictatorial en Cuba, Nicaragua y Venezuela, b) una izquierda democrática en Argentina, Chile, Colombia y ahora Brasil.

Adicionalmente, hay países como Uruguay y Costa Rica que han logrado consolidar democracias con alternancia en el poder, lo que constituye un ideal para los demás. No tengo claridad para clasificar países como Bolivia, Perú e incluso México, donde el rol de los militares parece creciente.

En mi postura, se le debe apostar a los países de izquierda democrática que deberían consolidar un sistema liberal social-demócrata con alternancia en el poder. Se requiere confrontar la pobreza y la desigualdad. Actualizar el tema de la seguridad, tanto la nacional como la ciudadana y su relación con las violencias; el tema del cambio climático y una redefinición de nuestra relación con la naturaleza.

El Gobierno de Petro ha puesto sobre la mesa problemas centrales de la sociedad colombiana: el indispensable recaudo tributario progresivo, la necesidad de disminuir la pobreza y el hambre, la Paz Total, más allá del Acuerdo de Paz logrado, la seguridad humana (discutible el término), la lucha contra el cambio climático, la ampliación de las coberturas de educación y salud, entre otros. Su error ha sido pasar con dificultad del plano de la arenga política pre-electoral, al plano del gobierno con institucionalidad. Es notable cómo, quienes le han dado la mano al nuevo gobierno han sido ministros o altos funcionarios o consejeros que vienen del ‘centro izquierda liberal’.

Colombia va a avanzar notablemente si se propone cambios de fondo sin traumatismos y razonables. Se requieren ‘transiciones’ en el cambio de las fuentes de energía fósil que van más allá del presente gobierno. Hay que rechazar cualquier intento por mantenerse en el poder, por fuera de las reglas establecidas. El Pacto Histórico podrá seguir gobernando con otro (a) candidato (a), si tiene el visto bueno de la mayoría ciudadana y una Registraduría que hace bien su tarea.