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Prevalece el escepticismo

Al gobierno actual y a los que lo sucedan se les presenta un enorme desafío, trabajar arduamente para lograr finalmente una verdadera paz integral y duradera, en todo el territorio colombiano.

16 de julio de 2019 Por: Vicky Perea García

Con gran pompa, jefes de Estado presentes y 2500 invitados, el 27 de septiembre del 2016, se celebró en Cartagena la firma del acuerdo de paz. Luego fue sometido a un plebiscito en octubre. El veredicto fue negativo, por consiguiente, se reanudaron las negociaciones y se firmó el definitivo el 24 de noviembre, en el teatro Colón de Bogotá, el cual no satisfizo a los partidarios del No. Así que desde su inicio no contó con suficiente aprobación de la ciudadanía.

El acuerdo fue generoso con las Farc, además de consagrar la amnistía si declaraban toda la verdad, se les otorgaron 10 curules en el Congreso, 5 en la Cámara y 5 en el Senado, durante dos períodos consecutivos. Los líderes no tendrían impedimentos para participar en política, aún antes de confesar sus crímenes. Se creó una Jurisdicción Especial de Paz para juzgarlos, al margen del sistema judicial constitucional.

Ahora ocurre que varios miembros del estado mayor, ‘Iván Márquez’, ‘El Paisa’, ‘Romaña’ y recientemente ‘Jesús Santrich’, han huido y no parecen dispuestos a someterse a la Justicia. Se cree que se encuentran refugiados en Venezuela, donde existe un régimen dictatorial corrupto que los protege. Su gobierno siempre ha sido proclive a las actividades de la subversión en Colombia. Su guarida los hace invulnerables a cualquier acción jurídica.

Los casos de ‘Iván Márquez’ y ‘Jesús Santrich’ merecen comentario aparte. El primero fue el jefe de la delegación de la Farc durante todo el tiempo de las negociaciones, 4 años, y ‘Jesús Santrich’ fue acusado de participar en un negocio de narcotráfico después de firmado el acuerdo, lo cual hace perder su inmunidad. En el trámite de su juicio ocurrieron toda clase de vicisitudes. Finalmente obtuvo la libertad y se posicionó en el Congreso, ante un gran rechazo. Huyó por una ventana y no ha vuelto aparecer, por lo que se supone que se refugió en el país vecino.

Un sobrino de ‘Iván Márquez’ ha sido también acusado de ser socio de ‘Santrich’ en la negociación de la droga. Él decidió colaborar con la Justicia de los EE.UU. Sus declaraciones son importantes para esclarecer las actuaciones de ‘Santrich’ y de su tío.

Ser jefe del equipo negociador durante varios años, huir y declarar que el peor error fue haber entregado las armas, es desconcertante.
Pensar que se van a marginar de actuar o van a permanecer por siempre en Venezuela es utópico. En algún momento en el futuro los tendremos en Colombia ejerciendo la actividad que conocen y son expertos. Ojalá me equivoque y se presenten a la JEP, como estaba acordado, pero dudo.

Los hechos descritos y la continuidad de grupos disidentes que actúan en las zonas donde siempre han operado, en la periferia olvidada por el gobierno nacional, siembran dudas fundamentadas.

El expresidente Santos tuvo logros, como desactivar una parte de las Farc y destruir sus armas, pero ofreció la paz, y estamos aún lejos de alcanzarla.

A lo anterior se añade que permitió el inmenso crecimiento de los cultivos de coca, lo cual también potencializa sus tentáculos comerciales, estimulando la principal fuente de financiamiento de la subversión.

Al gobierno actual y a los que lo sucedan se les presenta un enorme desafío, trabajar arduamente para lograr finalmente una verdadera paz integral y duradera, en todo el territorio colombiano.