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Un sueño atravesado por un tren

Nuestra ciudad ha estado en la cola de prioridades del Gobierno Nacional en las últimas décadas, así que ese interés del jefe del Estado cae bien.

12 de febrero de 2023 Por: Alejandro Éder

El anuncio del Presidente de apoyar la realización de estudios para una línea de metro para Cali generó entusiasmo. No es para menos, nuestra ciudad ha estado en la cola de prioridades del Gobierno Nacional en las últimas décadas, así que ese interés del jefe del Estado cae bien. Si se materializa ese anuncio, en los próximos cuatro años se estudiará el trazado y el tipo de metro para Cali, dejando a los próximos gobiernos la posibilidad de hacer los estudios de factibilidad, aforar los recursos e iniciar obras. Siendo optimistas, es probable que no antes de ocho años empiece a construirse.

Por eso debemos tener los pies en la tierra, porque ahora Cali tiene dos retos urgentes. Primero, está el salvamento del MÍO, que podría implicar que el Gobierno Nacional genere mecanismos legales vía Plan Nacional de Desarrollo que tire un salvavidas para sanear las finanzas del sistema y por esa vía liberar recursos de inversión locales para actualizar flota y mejorar el servicio. Eso no puede tomar mucho tiempo. Por el otro lado, tenemos al frente una opción de construir en el próximo cuatrienio la primera línea del Tren de Cercanías, entre Cali y Jamundí, que será, además, la base de un futuro sistema metro.

El Tren de Cercanías es un sueño de tres décadas que logramos destrabar desde 2015 con la iniciativa de ProPacífico, de la que entonces yo era su director, y de la Gobernación y las alcaldías de Cali, Jamundí, Palmira y Yumbo. Con el apoyo de los gobiernos de Francia y Reino Unido, sacamos en ese periodo los estudios que permitieron definir trazados y esperamos que en el próximo semestre se concluyan los estudios de factibilidad. Si eso ocurre, bastaría que el Gobierno Nacional declare vía Conpes el carácter estratégico del tren de cercanías y afore los recursos para pensar que en 2024 empiece la fase de contratación y en 2025 veamos las primeras obras.

Ese proyecto es de altísimo impacto, porque llegará a la población de ocho comunas, de toda la zona de expansión y de Jamundí, que en los últimos años se ha convertido en un dormitorio de miles de personas que a diario vienen a Cali. Con algo más de impulso, el apoyo de la Nación y el acuerdo de los gobiernos regional y locales, podríamos dejar en este cuatrienio los estudios de la línea a Yumbo, a Palmira y el aeropuerto y de un ramal que podría llegar hasta la Plaza de Cayzedo, en el corazón de Cali. Esta última podría ser subterránea y detonar un crecimiento y transformación sin precedentes del centro.

En 2026 podrían estar en ejecución las obras de la primera línea y en 2028 podríamos estar probando los primeros coches que irán en 45 minutos de la Estación Central, en la glorieta del antiguo Seguro Social, hasta su parada final en Jamundí. Con un MÍO saneado, podríamos tener un sistema complementario que facilite los desplazamientos a cualquier punto de la ciudad, con una verdadera multimodalidad, un nivel mínimo de emisiones y ruido y altos estándares de eficiencia. Esto reducirá los tiempos de desplazamiento de las familias, de los trabajadores, de los estudiantes. Sería una apuesta por la calidad de vida sin precedentes.

Necesitamos un acuerdo con la Nación y entre las fuerzas vivas de la sociedad caleña y vallecaucana para darle un impulso a un proyecto como el Tren de Cercanías. Es posible hacerlo con las ganas y la voluntad política, este es un proyecto que requiere un último esfuerzo para que sea una realidad para Cali y la ciudad región, un sueño atravesado por un tren.