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Cuentas claras

Al biotipo del vallecaucano lo conjuga el mestizaje de la tri-etnia con que está conformado: la indígena, el blanco y el negro.

27 de diciembre de 2019 Por: Alberto Silva

Hace algunos días, Esteban Piedrahita en su columna ‘Actualidad’ por estas mismas páginas, aplicó los principios fundamentales de estadística que por vocación el muy bien conoce, al espectacular desempeño de la embajada deportiva del Valle del Cauca a los XXI Juegos Nacionales del Bicentenario en Cartagena. Le explicó así al país claramente el volumen de tan trascendentales resultados que no dudamos un momento en tomarlos y repetirlos para que no se borren tan fácilmente de la memoria de los colombianos como es costumbre cuando del Valle del Cauca se trata.

Decía así el columnista: “El Valle se impuso de manera categórica alcanzando 165 medallas de oro, aventajando por 17 y 60 oros, respectivamente, a Antioquia y Bogotá. Esta conquista del Valle, el tercer departamento del país por población y PIB, es aún más notable si se considera que fue de lejos el ganador en preseas de oro por cada 100 mil habitantes de su población con 3,7. Aplicando este rasero, Antioquia habría sido quinta con 2,3 y Bogotá sexta con 1,4. La distancia frente a otros departamentos que en ocasiones se comparan con el nuestro como Santander y Atlántico es abrumadora. Valle sacó 13 más oros que el primero y 15 veces más que el segundo.”

Expresados estos argumentos matemáticos y traducidos, en buen romance, nos indica que para alcanzar la medallería de oro triunfadora, el Valle del Cauca empleó y puso en oficio a su población de aproximadamente 4 millones de habitantes. El segundo lugar, Antioquia, lo alcanzó con su población de 6 millones y Bogotá logró el tercer lugar con sus 8 millones de habitantes. O sea que el Valle con menor población obtuvo los mejores resultados. Cuentas claras y el chocolate espeso, sabio adagio que clamaban siempre como exigencia los viejos y los abuelos.

La realización del Valle en los Juegos Nacionales es clara demostración de su fortaleza para cumplir con espectáculos donde se concita la voluntad civil y oficial del departamento, esta vez concebida y liderada por su eficiente gobernadora Dilian Francisca Toro. Ejemplos de estos empeños son los Juegos Panamericanos el evento deportivo más importante hecho hasta hoy en Colombia, efectuado en Cali hace 50 años y los múltiples eventos mundiales realizados en las diversas disciplinas deportivas que catalogan a Cali como la indiscutible Capital Americana del Deporte.

La visita a las instalaciones deportivas de los diversos municipios vallecaucanos explica claramente una de las razones de su espectacular desempeño durante los Juegos que acaban de pasar: la masificación; con la cual se obtiene la fundamentación deportiva para lograr la producción de medallas nacionales, mundiales y olímpicas, por ahora, en las principales ciudades del departamento como en Palmira, Buga, Cartago, Tuluá, Buenaventura, Sevilla, Yumbo y otras tantas, donde es evidente la presencia de deportólogos, técnicos y algo muy especial, la actitud en ellas, con la inspiración de los niños a imitar a sus hermanos de región cuando estos recogen medallas en sus diversos eventos de competencia.

Otra razón del éxito alcanzado, es la planeación establecida y los incentivos sociales y económicos otorgados a los atletas para llevarlos a culminar triunfalmente sus metas de competencia. Y no fue de ocasión el logro alcanzado. De los 21 Juegos Nacionales realizados en Colombia hasta la fecha, el Valle ha sido ganador en 8 oportunidades y ha estado ausente en dos por razones muy bien conocidas.

Al biotipo del vallecaucano lo conjuga el mestizaje de la tri-etnia con que está conformado: la indígena, el blanco y el negro. De eso no queda duda alguna y da para que la entidad que rige el turismo en el departamento organice un paquete turístico con que se pueda explicar este proceso deportivo a los visitantes.